Amadeo Tarí Alberola sólo vuelve a su casa del centro de Alicante a dormir. En las tres o cuatro horas diarias libres que le deja su trabajo en la construcción se dedica a criar y recuperar una antigua raza de gallina que, asegura, sólo existe en dos localidades españolas y una es la partida rural del Rebolledo. Este trabajo, que comenzó hace seis años, hoy lo comparte con 25 personas de diferentes puntos de la provincia como El Campello, San Vicente, Villena o Elche, que pretenden formar en septiembre una asociación para impulsar el reconocimiento de esta especie, que recibe el nombre de "gallina alicantina perdiz joya de Tibi", y oficializar su trabajo.

El proceso de mantener esta especie fue posible gracias a un ejemplar que un vecino de Tibi, José Ventura, conservaba desde hace décadas, una reliquia familiar que se trasladó de generación en generación. Amadeo Tarí consiguió dos gallinas de este tipo y hace seis años que las cruza para, a corto plazo, obtener el reconocimiento oficial de especie autóctona silvestre, antecesora a la gallina que se puede encontrar en cualquier corral, a partir de la documentación que realice el Ministerio de Agricultura.

El ya experto avicultor cuenta con terrenos propios en Rebolledo; sin embargo, los vecinos de la partida no han dudado en prestarle parte de los suyos para esta tarea. Desde que comenzó a criar este tipo de ave ha realizado diversos "experimentos" que le han permitido controlar tres especies derivadas de la llamada perdiz alicantina al 100%.

"Para lograr que la línea sanguínea fuera lo más pura posible los cruces se hacen entre padres e hijas y madres e hijos", explica. Los colores y tamaños de esta raza de aves, una cresta "no sencilla", con forma de ese, y la presencia de espolón en las hembras reúnen las principales características diferenciadoras de la especie que ha reconocido como primitiva el genetista Amadeo Francés, según Tarí.

En la actualidad, este vecino de Rebolledo cuenta con 90 ejemplares. No obstante, casi un centenar más los ha entregado a personas que, como él, disfrutan empleando su tiempo libre en la cría de gallinas y en un mes se reunirán para unir fuerzas en esta ardua tarea que ya alcanza a toda la provincia.

"En mi caso, me interesó la cría de gallinas porque buscaba unos huevos como los de antes, con la calidad que tienen aquellos que provienen de un entorno natural", apuntó Manolo Uñac, uno de los futuros miembros de la asociación y que posee un corral en su campo de Monnegre, quien además subrayó que "se trata de una reivindicación del mundo rural, de un trabajo muy duro pero que hacemos por diversión".

"Esto ha sido una escuela, siempre me han gustado los animales, pero cuando comencé sabía muy poco sobre gallinas", apuntó Tarí, quien diseña a su gusto el alimento de las aves -compuesto de trigo, maíz, avena y frutas como melones y granadas- y quien también ha logrado combatir una epidemia que casi acaba con su trabajo a base de trasladar a las aves a diferentes entornos naturales.