Luisa Pastor dejó ayer muy claras, durante su toma de posesión, cuáles serán sus prioridades durante su recién estrenado mandato al frente de la Diputación. En un discurso de unos 20 minutos, sin menciones directas a su antecesor -Joaquín Ripoll- y con la austeridad como bandera de gestión, la nueva titular de la institución anunció que una de sus primeras decisiones será reactivar la Comisión Provincial del Agua "como punto de encuentro entre regantes, administraciones y sociedad, invitando a la Generalitat y a las confederaciones hidrográficas del Júcar y del Segura".

La presidenta puso especial énfasis en el tema hídrico y resucitó la reivindicación del trasvase del Ebro, recogida en el extinto Plan Hidrológico Nacional impulsado por el PP de José María Aznar. "En cuanto a los recursos hídricos, como suministro esencial, su déficit estructural es un factor limitante del crecimiento económico y agrava situaciones medioambientales negativas. Por ello es preciso retomar el proyecto del trasvase del Ebro; obtener garantía de permanencia en el tiempo del trasvase Tajo-Segura; asegurar que la transferencia del Júcar al Vinalopó aportará agua de calidad y en cantidad suficiente y un precio asumible; destinar la desalación a los usos para los que es competitiva, y completar el avanzado sistema de depuración y reutilización que ya tiene la provincia de Alicante", apuntó, parafraseando un estudio del Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante promovido por Coepa.

Medidas de ahorro

Al margen del agua, Luisa Pastor también hizo referencia a la austeridad. Aunque sólo pronunció esa palabra en dos ocasiones, sus palabras fueron claras y contundentes. "Tenemos que hacer más con menos", señaló durante su discurso. En él también sostuvo que las diputaciones "no son entes supramunicipales, sino intermunicipales", y minutos más tarde, a preguntas de los periodistas, consideró que una buena fórmula para que los ayuntamientos ahorren pasa por mancomunar servicios. "En estos tiempos de crisis, donde las economías están como están, hay que replantearse el papel de los ayuntamientos e intentar mancomunar algunos servicios con el fin de abaratar costes", sentenció Pastor.

La también alcaldesa de San Vicente avanzó que meterá la tijera en el Palacio Provincial, pero no se atrevió a adelantar recortes concretos. "Una de las primeras tareas del equipo de gobierno será poner sobre la mesa medidas de ahorro en sus respectivas delegaciones para continuar con la contención del gasto corriente, estableciendo prioridades y consolidando proyectos", se limitó a apuntar durante la sesión plenaria. Para lograrlo, prometió "rigor y transparencia" en su día a día en la institución provincial.

La dirigente popular quiso defender el papel de las diputaciones y censuró las voces críticas que instan a suprimirlas: "Ahora que vuelve a cuestionarse su papel y su existencia misma, quiero reivindicar públicamente su utilidad y sentido, más allá de la tradición y de su casi bicentenaria presencia en la vida pública de nuestro país. Su existencia permite que miles de ciudadanos tengan acceso a los mismos servicios, con independencia del tamaño del municipio en el que residen". Por último, realizó una crítica velada al Gobierno central y recordó que por volumen de población, a la provincia "le corresponden infraestructuras como el Corredor Mediterráneo, el tren de Alta Velocidad y el denominado tren de la costa, capaz de unir Alicante y Valencia en tiempos competitivos".

Réplica socialista

El portavoz socialista en la Diputación, Alejandro Soler, anunció que su grupo "trabajará activamente por hacer una oposición constructiva" y acto seguido cargó contra Luisa Pastor por resucitar el trasvase del Ebro: "Reabrir el debate del Ebro es algo desfasado, una vuelta atrás y un retroceso. Sólo alimenta la polémica de algunos nostálgicos de la guerra del agua". El diputado, apuntó, está abierto al diálogo, pero anunció que estará "muy vigilante" con el equipo de gobierno.

Amplio despliegue campista y ausencia de Joaquín Ripoll

Se cumplió el guión previsto. Cientos de dirigentes del PP afines al presidente Francisco Camps acudieron ayer al Palacio Provincial para arropar a Luisa Pastor en su estreno al frente de la Diputación. La vicepresidenta Paula Sánchez de León, los consellers José Císcar, Maritina Hernández, Luis Rosado y José Manuel Vela, el vicesecretario de Organización David Serra, multitud de alcaldes... La lista fue extensa. También estuvo representado el mundo de la Justicia con el presidente de la Audiencia Provincial, Vicente Magro; el empresarial, con Rafael Martínez Berna, presidente de Coepa; el universitario, con los rectores de la Universidad de Alicante y la Miguel Hernández, Ignacio Jiménez Raneda y Jesús Pastor, respectivamente... La asistencia fue tan masiva que las salas de la Diputación en la que se habilitaron sillas para seguir en directo el pleno se quedaron pequeñas. Los que no asistieron fueron los expresidentes populares de la Diputación Joaquín Ripoll, Luis Díaz Alperi y Julio de España, que tenía sesión en el Senado. Por el contrario, los socialistas Antonio Fernández Valenzuela y Antonio Mira-Perceval sí que acudieron. A. F.