La nueva alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, del PP, ha jurado el cargo reafirmando la legitimidad de su elección y recordando que "lo que las urnas han dicho no puede modificarse en otros lugares".

Castedo ha tomado posesión en un pleno marcado por las sonoras protestas de centenares de "indignados" en el exterior (cuyas pitadas se escuchaban en el salón), que protestaban contra la corrupción tras conocerse las supuestas ilegalidades en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), dentro del caso Brugal en el que aparece como implicada la alcaldesa popular.

"Considero necesario que entendamos que la política se dirime en los foros políticos y no en estamentos ajenos. Lo que las urnas han dicho no puede modificarse en otros lugares", ha leído en su primer discurso Castedo, que no ha sido escuchada por los dos concejales de EU, que al inicio de su intervención han abandonado el consistorio para unirse a los "indignados" de la calle.

Se ha dirigido a la oposición, formada por PSPV-PSOE, EU y UPyD, para que aparquen "el resentimiento permanente y el sobresalto, cuando no el odio" y les ha añadido que esos valores no son una buena estrategia como se ha visto en su "contundente voto de castigo", en referencia a la holgada mayoría absoluta del PP.

A este respecto, ha puesto de manifiesto que el 22 de mayo los ciudadanos dieron "de forma abrumadoramente mayoritaria" su confianza al PP, que ha logrado una "representatividad histórica" con 18 concejales de un total de 29.

Castedo, a quien dio agua José Joaquín Ripoll cuando se quedó seca a mitad de discurso, ha anunciado que creará un parque tecnológico para firmas nacionales e internacionales "punteras y no contaminantes" de I+D+i.

Ha relacionado este anuncio con el contexto económico, que provoca que "no sea el momento de grandes proyectos ni majestuosas obras" sino de "prudencia, recortes y austeridad máxima", y ha prometido "dejarse la piel" para la salida de la crisis y la generación de empleo, aunque seguirá "embelleciendo" la ciudad.

La intervención de Castedo, siempre con los pitidos de fondo, se ha producido después de la toma de posesión de los concejales, donde a diferencia de otras ocasiones ha sido noticia ya que los ocho socialistas han jurado o prometido añadiendo la coletilla de que velarán "por una gestión transparente y defender los intereses de los ciudadanos", en referencia implícita al caso Brugal.

El portavoz de EU, Miguel Ángel Pavón, ha cambiado el final por "defender a los trabajadores, el patrimonio, el valenciano y la memoria histórica" y su compañera de grupo ha prometido que luchará por "la honradez y dignidad" y los "derechos e intereses de los más desfavorecidos".

En declaraciones posteriores a los periodistas, la portavoz socialista, Elena Martín, ha lamentado que Castedo haya tomado posesión y no haya renunciado por "dignidad, ética y decencia" a raíz de lo conocido en el Brugal.

Por su parte, Fernando Llopis, de UPyD, ha comprendido el malestar de los "indignados" y se ha comprometido a trabajar "desde dentro" por cambiar la situación.

Una de las anécdotas de la sesión, a la que han acudido los conseller Gerardo Camps y Mario Flores, así como el anterior alcalde, Luis Díaz Alperi, entre otros muchos, ha ocurrido cuando el concejal de mayor edad, el socialista Miguel Ull, se disponía a dar la vara de mando a Castedo, y casi se la da metida en la bolsa de plástico en la que estaba envuelta.

A la salida, el concejal y presidente de la Diputación y del PP de Alicante, José Joaquín Ripoll, imputado en el Brugal, varios concentrados le han rodeado e insultado hasta que ha tomado su coche oficial, y el ex alcalde alicantino Luis Díaz Alperi también ha esperado le recogieran, no sin antes opinar a los periodistas que los jóvenes no eran del 15-M sino "antisistema".