­La investigación de la pieza separada del caso Brugal que afecta a la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante ha sacado a la luz el sistema por el que presuntamente el empresario Enrique Ortiz compensaba a las personas que supuestamente le favorecían durante la redacción del documento urbanístico. Ortiz agasajaba con regalos, viajes, pisos, coches, colocando a amigos en sus empresas e incluso con dinero a los cargos públicos que más desvelo ponían en dar respuesta positiva a sus demandas. El sumario -que ayer dejó de ser secreto por desición del titular del juzgado número 5, Manrique Tejada- señala al anterior alcalde, Luis Díaz Alperi, y a su sucesora en el cargo, Sonia Castedo, como los principales receptores de las dádivas.

En concreto, la investigación policial da cuenta de supuestas compensaciones para Luis Díaz Alperi que se plasman en un viaje a Creta en avión privado alquilado a un hermano del conseller Cotino, y que costó más de 35.000 euros. La Policía también hace referencia en el sumario a una conversación entre Ortiz y la alcaldesa en el que el primero le cuenta cómo Alperi intentó supuestamente conseguir al año siguiente -verano de 2009 y con el ahora diputado en las Cortes ya fuera de la alcaldía- que el empresario le gestionara otro viaje, también en jet privado, en esta ocasión a la isla griega de Corfú. Por la conversación se deduce que esta vez, Enrique Ortiz no accedió a los deseos del exalcalde, aunque le comenta a Sonia Castedo que, salvo el vuelo, Alperi lo tiene ya todo contratado y cerrado.

También refleja cómo el exalcalde tenía acceso casi ilimitado al barco del hasta hace poco máximo accionista del Hércules y, en concreto, relata una fiesta con «cervezas y marisquitos» para ver un partido de la Eurocopa entre España y Rusia y festejar el archivo del caso de los aparcamientos. En el sumario aparecen varias fotografías de esa fiesta con Alperi y Castedo en el barco de Ortiz.

Además, en el informe policial se relata cómo los tres hijos de Alperi, en el momento de la investigación, vivían en bungalows propiedad de una empresa de Ortiz -Viviendas del Mediterráneo Orvi- en régimen de alquiler con opción a compra; y cómo estas viviendas cambian de propiedad y pasan a ser de González Villarejo, socio de Ortiz en otras otras empresas, días antes de prestar declaración tanto Ortiz como Alperi en calidad de imputados por el caso de los aparcamientos.

El sumario da muestras de la estrecha colaboración que existe entre Ortiz y el exalcalde al reflejar grabaciones en las que ambos se ponen de acuerdo para reclamar a la alcaldesa Sonia Castedo la destitución del delegado municipal de Tráfico y Seguridad, Pablo Suárez, al negarse supuestamente éste a favorecer los intereses de uno de los hijos de Luis Díaz Alperi. La demanda parece tener efecto dado que Castedo destituyó a Suárez el 29 de abril de 2009, mes y medio después de la conversación entre el empresario y el exalcalde.

También la investigación refleja la constitución de una empresa participada por Ortiz y un hijo de Alperi, entre otros, dedicada a la publicidad y que supuestamente contó con aportación de capital del empresario para cubrir la parte del hijo del exalcalde. Además, se constatan peticiones de empleo de Alperi para colocar en empresas de Ortiz a amigos y conocidos del exalcalde, un supuesto regalo de un palco privado para seis personas para Alperi en el Rico Pérez, con un coste estimado de unos tres mil euros, y un hipotético vínculo del ex primer edil con la sociedad Salvetti Abogados, formada por el hermano de Castedo y el letrado Javier Gutiérrez. Este despacho hizo gestiones para favorecer los intereses de Ortiz en el PGOU de la capital.

Por último, la Policía sospecha que Alperi pudo recibir una importante suma de dinero en metálico del empresario Enrique Ortiz, un abono que habría sido realizado por la esposa del promotor. Las cantidades entregadas se desconocen puesto que los indicios se basan en las intervenciones telefónicas y en esta fase los investigados ya sospechaban que tenían pinchados los teléfonos. El informe policial señala que cuando llegaba el periodo vacacional la esposa de Ortiz se encargaba de sacar grandes cantidades de dinero en efectivo.

En este sentido, el 6 de julio de 2009 la Policía intercepta una llamada entre Ortiz y su mujer, en la que ésta le recuerda que «el martes, ¿tengo que sacar lo que me dijiste o no?», a lo que Ortiz responde «Ah, sí, sí, ostia, madre mía. Hoy lo tienes que encargar y sacar y llevárselo» y le especifica «Al gordo». La Policía señala que al usar ese adjetivo, Ortiz se está refiriendo al exalcalde de Alicante. Sin embargo, a los pocos minutos vuelve a llamarla para explicarle que el dinero es para otro empresario, Antonio Solana y al que se lo debía desde hace tiempo. Según las conversaciones, el pago es en metálico y en efectivo sacado de una oficina bancaria y entregado en mano por la esposa de Ortiz a Alperi para que el exalcalde se lo entregue a Solana. Ese mismo día, la Policía intercepta una llamada en la que Ortiz advierte a uno de sus empleados que «no hables por teléfono. Estoy asustado. Decimos tonterías todos los días». En este contexto, la mujer del empresario le dice «ya he estado con Luis», a lo que el otro responde «Vale. Oye, con Solana, Solana, Solana, Solana». «Bueno. Pues yo he esto con Luis», sentencia su mujer.

Sobre las dádivas de las que, supuestamente, se habría beneficiado la alcaldesa Castedo, la Policía apunta, junto al presunto trato de favor para la contratación de allegados en diversas empresas o para disponer de tarjetas de aparcamiento en parkings de la ciudad, a compensaciones a través de viajes en los periodos vacacionales de fin de año y verano; y de un coche ­–un Mini, que estaba a nombre de la mercantil Enrique Ortiz e Hijos– con el que, a su vez, la alcaldesa habría obsequiado a una amiga. En las vacaciones de Navidad de 2008 y 2009, la primera edil, con su familia, compartió viaje a Andorra con Ortiz para esquiar. El segundo año, incluso con la presencia de la concejal Marta García-Romeu, Castedo viajó en una furgoneta prestada por Ortiz. La alcaldesa, en el verano de 2009, también navegó en el yate del empresario en una travesía desde Dénia, a donde llegó en un vehículo conducido por el chófer de Enrique Ortiz, a Ibiza. Volvió a Alicante, de forma precipitada para asistir al funeral del conseller García Antón, en una avioneta junto al empresario. Unos días más tarde, Castedo y Ortiz retornaron a la isla en una nueva travesía desde el puerto de Dénia, la fórmula elegida para dar discreción al traslado, relata el sumario, que incluye fotografías de Sonia Castedo junto al yate de Ortiz y bajando de la avioneta que usaron para trasladarse desde Ibiza a Alicante.