El Colegio de Ingenieros recomendó analizar la posibilidad de conservar los silos

La institución colegial ha difundido una nota de prensa "ante el debate abierto acerca de la oportunidad del derribo de los silos de San Blas con motivo de la llegada del AVE" a la capital alicantina.

En el comunicado, el colegio profesional ha instado también a las instituciones públicas a que, en "el ejercicio de las responsabilidades que las leyes les atribuyen, desarrollen ampliamente las labores de catalogación del patrimonio que debe ser conservado".

A este respecto, ha propuesto crear "un marco de seguridad jurídica, estable y objetivo que evite conflictos de opinión como el actual" y ha manifestado su disposición como entidad profesional a prestar "todo el apoyo y colaboración que se necesario" a esa labor de catalogación.

El Colegio de Ingenieros de Caminos ha recordado que una de sus "finalidades específicas" es la de "cooperar en la conservación del patrimonio bajo el espíritu de servicio a la sociedad" y, por ello, ha asegurado que "recomendó en su momento analizar la posibilidad" de conservar los silos de San Blas.

La entidad ha argumentado que "no es la primera vez" que "defiende el patrimonio alicantino", pues "en su día se propuso mantener la marquesina de vigas Polonceau de la estación de Madrid, una propuesta que se ha incluido en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)".

"En este caso somos conocedores de que la conservación de los silos era muy complicada debido a que están ubicados justo en la zona por donde se accederá a la estación. Por ello, se formuló solo como recomendación, para ser considerada junto a otros muchos factores que los gestores debían ponderar", según el comunicado.

La institución colegial ha señalado que "no hay que olvidar que, en la actualidad, no hay ni una sola pieza de patrimonio catalogada en dicho ámbito, y que los silos llevan muchos años abandonados".

"Otro aspecto reseñable, puesto desgraciadamente de actualidad recientemente, es que los silos de San Blas, construidos en la década de los 50 del pasado siglo, no cumplían la normativa vigente en materia sismorresistente", se indica en la nota de prensa.

Para garantizar ese aspecto, se tendría que haber reforzado, si hubiera sido viable, la estructura, tanto en su cimentación como en el propio edificio, con "un coste muy significativo", según la entidad.

"Considerando que la llegada del AVE a Alicante va a suponer enormes beneficios colectivos a la ciudad, también era necesario valorar, alternativamente, los costes que una paralización de las obras por este motivo hubiera supuesto a estas alturas de su ejecución", han apuntado las mismas fuentes.

Sin olvidar, han añadido, "los riesgos que tal interrupción hubiera tenido en una situación de dificultades económicas como las actuales, agravadas por el incremento económico y de plazo que necesariamente hubiera requerido la modificación del proyecto de plataforma y tendido de vías".