El 22-M no sólo ha mermado el poder político del PSPV en la Comunidad. Al margen de las Alcaldías perdidas, el desplome de votos y la debacle global, la cita con las urnas ha provocado una importante fractura interna en el partido. El comité nacional de ayer fue buena muestra de ello. Pesos pesados socialistas se debatieron entre los apoyos al secretario general, Jorge Alarte, y las reivindicaciones de que se convoque un congreso extraordinario de manera urgente para renovar la Ejecutiva. Y en ese marco, los dirigentes socialistas de la provincia quisieron hacerse notar.

Uno de los más críticos fue Lalo Díez, aún concejal en Alicante, pero apartado de la lista con la que concurrió Elena Martín a los comicios locales. "He presentado mi dimisión y he pedido un congreso extraordinario porque entiendo que el equipo de Alarte está agotado. Debe conformarse uno nuevo", señaló. En esa misma línea se postularon tanto el exalcalde de Sant Joan Francesc Seva y el exedil en Alicante Luis Almarcha. Ambos son afines a Francesc Romeu, excandidato a la secretaría general del PSPV, y ayer coincidieron en remarcar la "importancia" de apostar por una nueva dirección. Hasta ahí, las voces más duras contra Alarte.

A pesar de la debacle de las elecciones, también hubo dirigentes que escenificaron su apoyo al nuevo líder de la oposición en la Comunidad y que, por ende, rechazaron de plano la posibilidad de convocar un congreso. Uno de ellos fue Herick Campos, diputado socialista en el Congreso. "El discurso que ha pronunciado Alarte ha estado bien. Creo que ahora tenemos que poner en marcha una campaña para explicar a la gente la gestión del Gobierno, porque aquí ha habido más inversiones y más derechos que nunca". Y subrayó: "Debe continuar Alarte y entre todos tenemos que hacer un partido unido".

Ángel Franco, exsenador y exedil en Alicante, tampoco se mostró partidario de recurrir a la convocatoria de un congreso. "Debemos reflexionar las causas del batacazo y buscar soluciones para presentarnos como un partido que solvente los problemas de los ciudadanos", apuntó durante su intervención en el comité nacional. Entre los dirigentes alicantinos que tomaron ayer la palabra también hubo algunos que abogaron por aparcar las divisiones socialistas. Entre ellos, el diputado provincial y alcalde de l'Alqueria d'Asnar, Jaume Pascual. "Lo importante no es lo que pasa en el PSOE, sino lo que le ocurre a la gente. Por eso tenemos que explicar de nuevo las políticas sociales del partido", ensalzó. Pascual, uno de los alcaldes más veteranos y respetados del partido, también aprovechó para criticar a los compañeros que "quieren la autodestrucción" del PSPV y que "sólo se dedican a incordiar". Aunque "por fortuna", se trata "únicamente de una minoría".

El exalcalde de Elche Diego Maciá tampoco quiso postularse a favor o en contra de la celebración de un congreso para renovar a la cúpula del PSPV y pidió "unidad" con el fin de encarar las elecciones generales con las mejores garantías posibles.Una de las intervenciones más esperadas fue la de la secretaria provincial del PSPV-PSOE, Ana Barceló. Fue muy crítica con Alarte. "Es momento de sumar y no de repartir, pero se prometió un proyecto nuevo y no sabemos a quién representamos", dijo en una intervención en la que puso como ejemplo el juego de las sillas, cada vez menos en el PSPV. Y, además, añadió: "Si no hay congreso, sí que creo conveniente que debería haber una conferencia política en la que se fijen objetivos claros". La todavía alcaldesa de Sax también censuró el aumento del precio de las cuotas que pagan los militantes e instó a rebajarlas.

Al margen de los dirigentes provinciales, también hubo otros que cargaron duramente contra Alarte. Uno de los que más se cebó con él fue Francesc Romeu, excandidato a la secretaría general del PSPV: "La dirección está basada en el reparto de puestos, con una falta de mensaje y una notable invisibilidad que ha propiciado la desvertebración del partido".