Las palabras del conseller Rafael Blasco durante esta semana apostando por fórmulas de copago para sostener la sanidad o la educación públicas en plena crisis han puesto en un brete al Gobierno de Francisco Camps. Un Consell que ha visto cómo uno de sus miembros con más influencia sobre la estrategia del partido ponía en cuestión la línea oficial sobre un asunto que, por su impopularidad, genera gran controversia dentro del PP, sobre todo en escenarios electorales.

Fuentes de la Conselleria de Sanidad insistieron ayer en que "el copago sanitario no se contempla. Es inviable porque una comunidad autónoma no puede aplicarla; debería llevarla a cabo el consejo interterritorial", dejando clara que la postura de Sanidad sobre este asunto es la que se impone.

El pasado martes el titular de Solidaridad y Ciudadanía, Rafael Blasco, afirmaba en una tertulia televisiva: "Creo sinceramente que hay que pensar en fórmulas en las que los contribuyentes contribuyamos con nuestro poder adquisitivo al mantenimiento de determinados servicios públicos, salvando siempre que nadie pueda ser discriminado arbitrariamente". "Estoy seguro de que el presidente Camps tomará medidas concretas, por duras que sean", dijo. El posicionamiento de Blasco, una vez pasada la cita con las urnas, pareció coger a contrapié a Presidencia, que se cuidó mucho de no utilizar la palabra "rectificación", pero dejó bien claro que la postura de la Conselleria de Sanidad sobre este asunto es la que se impone.