Las manifestaciones que los docentes de la provincia protagonizaron en los últimos dos meses evidencian un malestar que lleva gestándose más de una década pero que ha empeorado durante estos últimos cuatro años de legislatura. La educación en Alicante no solo adolece de la falta de instalaciones, sino también de recortes a los programas de refuerzo, a la Formación Profesional, a las plazas convocadas para el próximo curso -tan sólo 110, 1.140 menos que un año antes- y al número de profesores.

La Generalitat presume de haber abierto o remodelado 400 centros en las últimas dos legislaturas en toda la Comunidad. Sin embargo, al comienzo del último curso, más de 3.000 alumnos se quedaron sin la plaza deseada en la provincia y tuvieron que ser reubicados. La mitad de las infraestructuras que más urge acometer se agrupan en Alicante, Elche y la Vega Baja, donde hoy hacen falta, al menos, 13 centros. Los alumnos más perjudicados son los de 3 años, que comienzan la educación infantil. En la provincia fueron 1.225 los afectados.

A la espera de las aulas

El programa electoral del PP en la Comunidad ya ha anunciado el favorecimiento de cesión de suelo público a centros concertados o privados para la próxima legislatura. Un hecho que sindicatos, madres y padres de alumnos y docentes vienen denunciando hace tiempo. En este sentido, la instalación de barracones en las ciudades alicantinas se ha vuelto una tendencia que en algunos casos, como el del colegio Benalúa de Alicante, se ha prolongado durante más de diez años. La provincia aglutina el 40% de estas construcciones escolares de toda la Comunidad. El gasto del Consell en este tipo de soluciones paliativas se ha multiplicado por seis en los últimos 9 años, hasta superar los 15 millones de euros.

El Consell se comprometió a eliminar en el vigente curso 247 aulas prefabricadas, equivalentes a 15 centros en Alicante, Torrevieja, Calp, Alcoy, Orihuela, Ibi y Campello. Una intención que no ha cumplido en algunos centros como el caso del Manjón Cervantes de Alicante, que acabará el curso 2010/2011 en barracones por segundo año consecutivo.

Otras áreas que dependen también de Educación, como las Escuelas Oficiales de Idiomas (EOI), los conservatorios de música y danza o los centros de Educación Especial, reflejan graves deficiencias en Alicante. De esta forma, en la última matriculación, más 5.000 alumnos se quedaron sin la posibilidad de estudiar alguna lengua extranjera. Una demanda que va en aumento y no recibe respuesta, aunque a partir de la implantación de Bolonia, todos los universitarios deben acreditar el dominio de una lengua extranjera en un nivel B1 (equivalente a cuatro años de la EOI).

La red de escuelas infantiles de 0 a 3 años pública representa otra gran demanda de los padres y madres que intentan conciliar la vida familiar y laboral. En la ciudad de Alicante, por ejemplo, sólo existen tres centros de este tipo, aunque tanto el PP como el PSPV-PSOE incluyen en sus programas electorales como iniciativa estrella transformar esta necesidad en una realidad.