Una tasa de paro que supera el 24%, cerca de 600.000 ciudadanos de la Comunidad sin trabajo, y más de 174.800 hogares a los que el desempleo afecta ya a todos sus miembros son las heridas por las que sangra el mercado laboral autonómico, que se ha ido deteriorando en los últimos cuatro años por efecto de la crisis, pero también por la ausencia por parte del Consell de políticas activas de empleo que corrigieran el grave impacto que iba dejando en su camino la recesión para las familias y las empresas.

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, proclamaba en marzo de 2010 en Alicante que la provincia y la Comunidad eran "el paradigma" del crecimiento y el empleo. Pero los datos -que debe conocer porque el Consell los valora cada mes y cada trimestre- le contradecían y le contradicen. Cuando Camps afrontó la legislatura que ahora expira, en el mercado laboral autonómico se contabilizaban 193.447 trabajadores sin empleo, una cifra que se ha multiplicado hasta los 599.900 que arrojaba la última Encuesta de Población Actia (EPA) del primer trimestre de 2011.

En estos cuatro años el jefe del Consell ha culpado en cada una de sus intervenciones públicas al Gobierno Central de la escalada del paro, pero ha olvidado entonar el "mea culpa" sobre el incumplimiento de sus competencias -exclusivamente de responsabilidad autonómica- para poner en marcha programas que impulsen la creación empleo, así como para potenciar la formación de trabajadores y parados. Una vez más, las estadísticas del organismo autonómico de empleo (Servef) rectifican los discursos triunfalistas del presidente.

Durante el segundo semestre del pasado año, la intermediación laboral de este servicio -es decir las ofertas y demandas de trabajo cerradas en el mercado laboral- fue un 30% inferior a la media española del 2,9%. Su capacidad para dinamizar la generación de empleo (2,1%) se encuentra por debajo de autonomías como Andalucía (4%) o Extremadura (10%). Y frente a este pobre registro, las agencias de trabajo temporal (ETT) superaron el 11% de intermediación laboral en el mismo periodo.

Ante esta contundente "goleada", empresarios y sindicatos han venido reclamando una reforma radical del Servef. Incluso, el presidente de la patronal de Valencia (CEV), José Vicente González, llegó a admitir a comienzos de este mismo año que los datos de este organismo confirmaban que "ni los trabajadores confían en los servicios públicos de intermediación para encontrar un empleo, ni los empresarios para que les proporcionen trabajadores".

Camps lleva dos legislaturas a sus espaldas. La primera coincidió con una fase expansiva de la economía. La segunda -precisamente desde mediados de 2007- con el inicio de la actual época de "vacas flacas", pero el Consell aún parece aferrarse a la venda para no ver la "parálisis" que le afecta.