La provincia de Alicante perdió más de 15.000 titulados universitarios jóvenes entre 2005 y 2009, según los últimos Indicadors Sociales que ha hecho públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE). Hace ahora seis años, un 34,72% de la población alicantina de entre 25 y 34 años tenía estudios superiores, mientras que cuatro años después, cuando la crisis económica e inmobiliaria empezaba a mostrar sus graves efectos, este índice se había reducido al 28,46%. Esto tiene una relevancia aún mayor si se tiene en cuenta el incremento demográfico de estos años; así, en términos absolutos, los jóvenes alicantinos titulados eran 103.001 en el año 2005, para reducirse a 87.374 en 2009.

La media nacional de universitarios con una franja de edad de entre 25 y 34 años es del 38,21%, según los datos más recientes, mientras que en 2005 se elevaba al 39,73%. En estos últimos años, el proceso se ha dado de una manera prácticamente calcada en toda España, aunque con menor incidencia en las comunidades autónomas donde el "boom" inmobiliario previo a la crisis no fue tan acusado. Así, por ejemplo, Asturias y Cantabria se han mantenido prácticamente igual (-0,33 y -0,98 puntos), y provincias de escasa población como Zamora y Palencia han incrementado de manera notable sus porcentajes de jóvenes con estudios superiores; en esta última son un 41,53%.

Sin embargo, los datos son muy negativos en todas las comunidades del Mediterráneo -incluidas las ciudades de Ceuta y Melilla-, así como en Madrid y Canarias. En todos estos lugares, la construcción y los servicios generados a su alrededor dieron pie a la creación de muchos puestos de trabajo de incorporación inmediata, con remuneraciones por lo general buenas y para los cuales no era necesaria mucha cualificación.

Esto animó a un gran número de jóvenes a no seguir con sus estudios, tal y como señala el vicedecano de Prácticas Externas de la Facultad de Económicas de la Universidad de Alicante (UA), Raúl Ruiz. Miembro también del Observatorio de Inserción Laboral de la Institución, corrobora que en los años de bonanza económica "las oportunidades laborales eran muy atractivas", y eso alentaba una tendencia social al "cortoplacismo", es decir, al claro objetivo de lograr una recompensa en el menor tiempo posible.

De esta forma, el descenso en el número de titulados a partir de 2005 es el reflejo del abandono de los estudios, iniciado unos años antes. Hay que tener en cuenta que la estadística no se refiere a universitarios, sino a personas que ya están tituladas. Por esta misma razón, aunque estas cifras, según Ruiz, "muestren una tendencia previa, muy distinta a la actualidad", habrá que dejar esperar algunos años para que se vea un nuevo cambio de tendencia. La matrícula en las universidades -y también en centros de Formación Profesional, entre otros- se ha disparado al considerar que los estudios son un apoyo para superar la crisis. Sin embargo, se trata de una salida cuyos resultados se muestran al menos a medio plazo.