?Llevan mucho tiempo señalándolos como los responsables de la crisis pero los promotores recuerdan que, durante muchos años, han sido la principal fuente de empleo de la provincia. Tras tres años de crisis, el presidente de la asociación provincial del ramo, Provia, Francisco Murcia Puchades, cree que ha llegado el momento de emprender nuevos proyectos y de acabar con la falta de financiación que atenaza a los empresarios.

Los últimos datos sobre visados de viviendas muestran que la actividad del sector sigue prácticamente paralizada, ¿hasta cuando se va a mantener esa situación?

Esto simplemente indica una realidad, que se están haciendo muy pocas viviendas nuevas. El sector está aletargado en cuanto a su actividad de construcción, pero no en cuanto a la comercialización porque, curiosamente, cada vez vamos vendiendo más. Pasamos un 2008 y un 2009 muy duros, el 2010 ya fue otra cosa y el 2011 todo indica que estará igual o mejor en cuanto a unidades vendidas.

¿Se está reduciendo el stock?

Se está vendiendo a un buen ritmo, lo que sucede es que siempre va a haber un stock técnico. Incluso en las épocas buenas un promotor siempre necesita tener un paquete de casas para estar vendiendo y estar en el mercado, nunca se queda con cero viviendas para ponerse a edificar. Entre otras cosas, porque el proceso de edificación es lento y desde que sacas un proyecto hasta tenerlo terminado pasan por lo menos dos años. También es cierto que hay bastante producto residual que ha entrado en manos de las entidades financieras, no sólo por los promotores, sino también por muchos de los que nos habían comprado a nosotros. Hay mucho producto "malillo".

¿Cuándo empezaremos a ver nuevas promociones?

Para eso nosotros lo que necesitamos que se despeje la situación del sistema financiero. No podemos actuar con normalidad mientras no haya financiación, estamos totalmente vinculados a ella. No hay promotor que haga una obra sin créditos y raro es el cliente que compra también sin financiación. ¿Cuándo sería el momento de iniciar nueva promociones? Pues, en realidad, creemos que ya deberíamos haber empezado el año pasado porque demanda sí que hay y en aquellos puntos donde ha sido mayor ya nos encontramos con que no queda apenas producto.

¿Qué solución hay para esa falta de financiación?

Bueno, aunque no me gusta hablar de "bancos malos", creo que se deberían haber tomado una serie de medidas, como las que se han puesto en marcha en otros países, para que ciertos activos que van a tardar más en colocarse puedan apartarse del balance de las entidades financieras y haya más liquidez. Pero, al final todo obedece a los criterios del Banco de España.

No le gustará la palabra pero lo que ha descrito es exactamente un "banco malo"...

Bueno, no me gusta la palabra porque parece que los activos que apartamos son la peste y no es así. Simplemente son activos que van a una velocidad diferente. Con el ritmo que llevábamos antes esos activos podrían haber salido en dos o tres años pero ahora necesitan un proceso de maduración de diez años o más, y los empresarios no lo podemos soportar. Muchos de esos activos acaban en manos de las entidades financieras y, el Banco de España, para crear una imagen de mayor solvencia ha sido muy riguroso con las entidades financieras respecto a nuestro sector. Les ha dicho que tienen que bajar el riesgo inmobiliario con lo cual, ¿cuándo remontará la construcción? Cuando el Banco de España permita que las entidades vuelvan a darnos créditos.

En cualquier caso, ¿era razonable construir entre 40.000 y 50.000 viviendas al año en Alicante?

Pensamos que era un ritmo muy acelerado pero no era una cuestión de los promotores, nosotros construíamos lo que nos demandaban. La sociedad nos demandaba no sólo esa vivienda que iban a ocupar, sino que se convirtió de alguna forma en un producto financiero. Los intereses eran muy bajos, con lo que la gente que tenía el dinero en el banco apenas sacaba rendimiento, y el bien inmobiliario históricamente mantenía su valor o lo aumentaba, y entonces la gente se puso a comprar.

¿Fue un error?

Lo que podemos hoy ver son las consecuencias de todo eso, el porqué sucedió, pero nadie tenía entonces una varita mágica para ver que era un error.

¿Cual sería un ritmo razonable de construcción para responder a la demanda real?

Pues, más o menos, la mitad del ritmo que se llevó en los momentos más álgidos. Es decir, que un ritmo natural y razonable sería entorno a las 20.000 viviendas en Alicante y unas 40.000 en la Comunidad Valenciana y hoy existe esa demanda potencial. Sin embargo, de esa demanda en estos momentos sólo se está haciendo efectiva la mitad o un poco más, con lo que se está generando una demanda retenida de unas 8.000 viviendas anuales. Teniendo en cuenta que sólo se están iniciando unas 2.000 al año, es probable que haya problemas en los próximos ejercicios. Tendríamos que haber empezado ya con las nuevas promociones.

Otra cuestión importante es la del precio. Las estadísticas del Ministerio de Fomento aseguran que ya ha caído más de un 20% en Alicante, ¿creen que va a seguir bajando?

Creemos que los precios se han ajustado ya lo que se tenían que ajustar. No tiene que haber nuevos descensos, salvo casos puntuales y en algunas zonas, pero en cifras globales entendemos que el ajuste de precios ya está realizado. Es más, como cada vez habrá menos producto porque no se está empezando, incluso puede haber tensiones al alza en algunos puntos.

En la costa también es muy importante la demanda de segundas residencias por parte de extranjeros, ¿se está notando ya la recuperación de los países europeos?

Bueno, en nuestro caso el que más cayó era el mercado británico, del que dependíamos mucho y que, además de la crisis, se ha visto afectado por la devaluación de la libra. Pero ya nos estamos preocupando en buscar otros mercados nuevos que, quizás, no son tan potentes pero que la suma de todos ellos nos van generando ventas. Hablamos de Rusia, de los países escandinavos, incluso de países como Argelia o Marruecos.

¿Y qué le parece que el ministro de Fomento, José Blanco, esté realizando una gira para ayudarles a vender los inmuebles en el extranjero?

Hacía mucho tiempo que veníamos reclamando que no sólo había que apoyar a España como destino turístico, sino también como destino residencial. Cuando un extranjero compra una vivienda la convierte en su lugar de descanso para largas estancias y eso aporta mucho dinero. Además, se había creado una mala imagen del sector en el exterior muy irresponsablemente (se refiere a las acusaciones de parlamentarios europeos por supuestos abusos urbanísticos) y el Gobierno no salió a apoyarnos entonces. Por suerte, ahora se han dado cuenta de que somos un sector que genera mucha riqueza.

La otra gran medida que plantea el Gobierno es el fomento de la rehabilitación, ¿puede convertirse en el motor del sector?

Pensamos que la rehabilitación es interesante pero es un pilar más. La rehabilitación sirve en los cascos históricos y en determinadas zonas pero nuestro país necesita un nivel de actividad razonable de este sector que hoy no se tiene. Entre otras cosas porque somos los que generamos empleo. Estamos convencidos que mientras este sector no tenga unos niveles de actividad razonables, la economía no funcionará.

Como representante de una parte de los empresarios alicantinos, ¿cómo ve la situación de la CAM?

Para todos los alicantinos y diría que para todos los valencianos es una pieza fundamental que tenemos que tratar de apoyar. Es cierto que, dada la coyuntura económica, atraviesa una situación delicada pero en el último consejo de administración se aprobó un plan de reestructuración de la caja que el empresariado ha visto con muy buenos ojos y que aplaude. Creemos que es clave para el futuro de la CAM y que va a ayudar a dinamizarla y a darle solvencia

¿Cree que podrán seguir en solitario, como parece que pretende la dirección de la caja?

En solitario o acompañada, no vamos a entrar en eso, pero creemos que tiene suficiente peso y suficiente solvencia para mantenerse en el mercado y tener futuro. A todos nos gustaría que al menos una de las cajas de la Comunidad, no sólo mantenga la sede social aquí, sino que también su gestión y su organigrama esté en nuestra tierra.

¿Por qué es importante que la gestión se quede en Alicante?

Porque al final las entidades están manejadas por personas y, cuando las personas se conocen, se genera confianza. No es lo mismo hablar por teléfono sin saber quién es tu interlocutor, que cuando se conoce a la empresa y su trayectoria. Los empresarios madrileños tienen muchas entidades, los empresarios de la Comunidad Valenciana teníamos dos cajas de ahorros y un banco, el Banco de Valencia. Hoy tenemos una entidad muy potente, que es Bankia, pero donde se diluye el organigrama. Sin embargo, seguimos manteniendo una CAM con un domicilio y con una gestión en Alicante.

¿Por qué cree que se llegó a esta situación? Precisamente una de las cosas que se apuntan es que tuvo demasiada manga ancha con los promotores...

Creo que la CAM ha crecido mucho en los últimos años apoyándola empresas de su territorio, pero haciendo lo que han hecho la mayoría de las cajas y el resto de entidades. ¿Qué se quiere decir que la CAM ha invertido más en este sector de lo que lo han hecho otras entidades? No. Sí que es cierto que hay un factor muy determinante que es la composición del tejido productivo de una provincia, de un país: nosotros no tenemos la industria que tiene Alemania, aquí el motor de la economía ha sido la construcción. Nosotros generamos un 15% del PIB y llegamos a generar el 23% de los afiliados a la Seguridad Social, es que apostar por este sector era apostar por la economía de la provincia y eso es lo que hizo.