La familia Ferrer hace la Peregrina con maletas. Las necesitan para llevar las tortillas, ensaladas, bocadillos, aceitunas y las monas que se comen durante la romería. Y es que la Santa Faz es, por tradición, un día para pasar en el campo o en la playa, con la familia o con los amigos, pero siempre con la comida como protagonista.

Quienes prefirieron complicarse poco la vida tiraron del bocadillo y de la lata de refresco. Pero casi puede decirse que fueron la excepción. Un recorrido por los solares próximos al monasterio permite descubrir una gastronomía propia de la Peregrina. "Hay que empezar la jornada con los rollitos de anís y la mistela", explican las seis mujeres de la familia Ferrer que ayer repitieron con la tradición. A media mañana ya estaban cumpliendo con el almuerzo, "a base de bocadillo de jamón y queso y ensalada murciana". A medio día tenían previsto sacar "la tortilla y la ensalada de capellán y tomate para terminar la tarde con la mona y las salchichas".

Este año la sombra de los árboles ha sido el lugar más solicitado para extender el mantel o plantar la sombrilla, aunque cualquier lugar parecía ser bueno para pegar un bocado.

María José Navarro hizo la Peregrina por vez primera hace 35 años embarazada de su hija, quien ayer le acompañaba en la romería y esperaba su primer hijo. La familia compartía sentada en un bordillo varios "tupper" con magro con tomate y pimientos, coca de atún y un revuelto de espárragos trigueros.

De toda la vida

Los puestos que rodean el monasterio también son una buena oportunidad para reencontrase con aquellos productos "de toda la vida" y sin los que la Santa Faz no sería lo mismo. Altramuces, almendras garrapiñadas, pan de higo, dátiles, calabazate o turrón de novia, sin olvidar las manzanas con caramelo o el algodón dulce.

Como cada año, los más jóvenes optaron por irse a comer a la playa, dada la buena temperatura de la jornada. La avenida del Pintor Pérez Gil se convirtió a medio día en el escenario de una segunda peregrinación, esta vez de adolescentes camino de la playa de San Juan para buscar el merecido descanso de la jornada.