Hay avenidas de la ciudad, como la de Dénia o la Gran Vía, en las que habitualmente se superan los límites de ruido establecidos por la normativa y la causa no es otra que el elevado tráfico que soportan. Para conocer lo que los vecinos de las grandes arterias sufren a diario, el Ayuntamiento de Alicante ha instalado 13 estaciones fijas y 2 móviles para medir el ruido en los puntos más conflictivos y poder conocer a tiempo real y durante las 24 horas del día los niveles de contaminación acústica. La intención no es otra que estudiar los impactos sonoros del tráfico y proponer en el futuro medidas que ayuden a reducirlo, como redistribuir la circulación o el transporte público, soterrar tramos de avenidas, reducir la velocidad en algunas calles o cambiar la regulación de los semáforos.

Así lo explica el jefe del departamento de la Concejalía de Medio Ambiente, Juan Luis Bersaluce, quien destaca que este sistema permite "realizar un diagnóstico continuo" de la situación acústica de la ciudad.

La red automática de control acústico se puso en funcionamiento en enero y, por el momento, se trabaja en recabar datos "para poder tomar decisiones". Este sistema "será una herramienta más para planificar el desarrollo urbanístico futuro de la ciudad", sostiene Bersaluce.

Entre las zonas más ruidosas, en las que suelen superarse los niveles de ruido en algunos momentos del día, se encuentran las grandes avenidas. En el centro de la ciudad, algunos de los puntos más conflictivos son las avenidas de Orihuela y Novelda porque hay mucha población expuesta. También en zonas como la Gran Vía y en los cruces de las grandes avenidas. "Es habitual que se superen, salvo en barrios residenciales como el Polígono de San Blas", señala.

El ingeniero que ha llevado a cabo la instalación, Andrés Canella, recuerda que la normativa establece un límite de ruido en zonas residenciales de 65 decibelios durante el día y de 55 por la noche.

Los medidores, que se alimentan con energía solar, envían la información a tiempo real y un ingeniero técnico de la Concejalía, Armando Orera, va comprobando los datos. Muchos de estos medidores se encuentran instalados junto a las cámaras de tráfico para poder llevar un control más directo de la relación entre circulación y ruido.

La concejal de Medio Ambiente, Asunción Sánchez Zaplana, destaca que se trata de un novedoso sistema que sólo se encuentra en "Madrid y Las Palmas de Gran Canaria". La edil explica que la normativa vigente europea, nacional y autonómica de ruidos establece la necesidad de mantener informados a los ciudadanos sobre el nivel del ruido al que se ven expuestos en cada momento.

Por ello, considera que "los ayuntamientos tenemos que recopilar los datos en relación a la contaminación acústica y ponerlos a disposición del público". Zaplana recuerda que es un proyecto está financiado a través del Plan E y su coste total ha ascendido a 193.520 euros.