En azul, en negro, grandes, pequeñas, obscenas, egocéntricas o simplemente garabatos. El parque de La Ereta se ha convertido en el triste blanco de los esprays de un grupo de grafiteros que han cubierto el recinto de antiestéticas pintadas. Desde la Concejalía de Atención Urbana califican de "destrozo monumental" esta gamberrada y aseguran que los autores de las pintadas "están prácticamente identificados por los peritos" y en los próximos días "serán sancionados".

Aunque casi por toda la superficie del parque, que une el Casco Antiguo con el castillo de Santa Bárbara, se pueden ver pintadas, las de mayor tamaño se concentran en las tres primeras terrazas de La Ereta, en la zona más próxima al barrio de San Roque. Francisco Salaberri, coordinador de Atención Urbana, se encargaba ayer por la mañana de borrar pacientemente la tinta de las paredes y los suelos. Ni los bancos ni los árboles se han librado de las pintadas. Salaberri calcula que "quitar todo esto nos va a llevar por lo menos una semana".

Aunque en general las manchas salen con facilidad usando una rasqueta y un disolvente, "las zonas en las que la piedra es más porosa cuestan más de limpiar porque la tinta ha penetrado más". También dependiendo del color, unos dibujos se resisen más que otros. Junto a él trabaja estos días Ana (nombre ficticio) una joven de 21 años que fue pillada "in fraganti" spray en mano en otra zona de la ciudad, por lo que ahora tiene que "ayudar" en esta tarea de limpieza. "Si he hecho algo malo lo tengo que arreglar", se resigna esta joven estudiante, a quien lo único que no le parece justo "es que tenga que limpiar un grafiti habiendo tanto corrupto sucio por ahí".

Multas de 750 euros

Como Ana, los autores de las pintadas de La Ereta serán sancionados "en cuanto concluya su identificación", apuntan desde Atención Urbana. Una identificación que se realiza a través de pruebas de grafología "y a la que están ayudando los vídeos de las cámaras de seguridad del parque".

Las sanciones para los autores de esta gamberrada "pueden alcanzar los 750 euros por grafiti, además de reparar el daño ocasionado y pagar los costes de esta reparación".

El de las pintadas no es el único problema que sufre este parque, uno de los pocos espacios verdes de la ciudad de Alicante. La resaca tras los fines de semana y los días festivos, como el pasado lunes, cubre el parque de plásticos de bolsas vacías de hielo y botellas de alcohol tiradas por los rincones. "Aunque la mayoría de las puertas se cierran por la noche, los jóvenes acceden igual y hacen botellones, por lo que los lunes esto es un desastre", apuntaba ayer un operario de Inusa, la concesionaria de la limpieza de la ciudad.

Una opinión que corrobora Isabel Soriano, usuaria habitual de La Ereta, quien algún lunes se ha llegado a encontrar el parque "lleno de enormes piedras lanzadas desde la ladera del castillo".