El mejor ataque reside en una buena defensa, o eso es lo que han debido pensar las enfermeras del Hospital General, pues han tomado la decisión de recibir clases de defensa personal, concretamente del arte marcial Krav Maga, es decir, la lucha del cuerpo a cuerpo, ante las actitudes agresivas de numerosos pacientes y familiares.

El curso, que comenzó ayer en el centro de salud de la calle Alberola, en Benalúa, con una primera clase magistral y continuará durante el mes de mayo en tres sesiones, ha tenido tal aceptación que se han recibido más solicitudes que plazas existentes, por ello, a pesar de estar pensado para 50 personas, se ha permitido que se registren 75. No hay únicamente mujeres, sino que también se cuenta con la presencia de algunos hombres, aunque en menor medida.

Las enfermeras creen necesario este curso ya que, tal y como indicó Inmaculada Cassaletta, enfermera en el General de Alicante, "los pacientes cada día se creen que tienen más derechos que nadie y pierden el respeto a los trabajadores sanitarios muy fácilmente, cuando lo que éstos quieren es prestarles ayuda". Su compañera, Clara Isabel Miñano coincide y va más allá al considerar que los enfermeros "han perdido cualquier autoridad, si es que la han tenido en algún momento".

En cuanto al motivo por el que se han ido incrementando las agresiones y las amenazas, la mayoría de asistentes al primer día de Krav Maga piensan que principalmente se debe a que los índices de paro han ido aumentando y la gente, ante esta situación, explota donde menos debe hacerlo.

Francisco Cazorla Amorós, secretario provincial del Sindicato de Enfermería y Sanidad en Alicante, justificó la medida de implantar este curso porque la Comunidad Valenciana es la zona donde más ataques reciben las enfermeras y los profesionales sanitarios, y dentro de ésta, Alicante es la ciudad con mayor índice, alcanzando el 85% de agresiones, tanto físicas como psíquicas por el 67% de Valencia o 57% de Castellón.

Por todo ello, el curso no lo impartirá cualquiera, ya que es el director en España del Krav Magna, Goyo Muñoz, el encargado de enseñar las diferentes materias de este arte. El experto en la lucha cuerpo a cuerpo aclaró ayer que "con el aprendizaje de esta técnica no se pretende enseñar a atacar a ninguna persona, sino a saber defenderse en momentos en los que uno corra peligro", si bien matizó que si el asunto reviste de gravedad, el enfermero atacado deberá verse obligado a hacer uso de la fuerza porque "lo primero es asegurar su integridad física".

Además, aclaró que cuando el paciente afectado o su familia estén alterados, "habrá que activar todas las alarmas posibles" pues cualquier objeto que haya en un despacho puede ser peligroso. "Un bolígrafo bien utilizado es capaz de ser un arma tan eficaz como un cuchillo", sentenció.

Por último, el director en España de este arte de origen israelí explicó que las enfermeras y personal sanitario, cuando se encuentren ante estas situaciones, deberán mantener la calma y buscar la puerta más cercana para poder escapar del peligro y de esta manera evitar males mayores. Que así sea.