La Audiencia ha condenado a seis años de prisión por homicidio a uno de los dos vigilantes de seguridad acusados de matar a un ladrón en el polígono de Las Atalayas de Alicante en junio de 2006, según el fallo al que ayer tuvo acceso este diario. Aunque los magistrados reconocen que el acusado, de iniciales M. N. L., actuó en legítima defensa, consideran que la reacción que tuvo fue desproporcionada. Para ello, subrayan el hecho de que el disparo se efectuó a más de un metro y medio distancia, motivo por el que la eximente por legítima defensa se considera incompleta. El otro de los agentes (M. A. S.) ha quedado absuelto por no tener relación con los disparos fatales, mientras que el otro ladrón (A. G. G.), hermano del fallecido, ha sido sentenciado a tres años de cárcel. La Fiscalía pedía once años de prisión para cada uno de los dos vigilantes.

Los hechos ocurrieron a las 4.50 horas de la madrugada del 21 de junio de 2006 en el polígono de Las Atalayas, cuando los vigilantes se enfrentaron con dos ladrones que habían entrado a robar en un bar estrellando un coche contra la fachada. Uno de los asaltantes murió tras recibir dos disparos, mientras que el otro resultó herido en una pierna. Los fugitivos eran hermanos con numerosos antecedentes por robos. Los vigilantes aseguraban que todos los disparos que se hicieron fueron intimidatorios y el ahora condenado argumentaba que el arma se le disparó en un forcejeo.

La propia sentencia reconoce que es "un ejercicio imposible" establecer con precisión cómo se produjo la secuencia del tiroteo, la trayectoria de los disparos y cuál era la posición de los dos hermanos en cada momento respecto de los procesados. Sin embargo, sí tiene claro que fue el condenado el autor de los fatales disparos. La sentencia señala que la bala que alcanzó en un ojo al fallecido procedía de un rebote. El otro disparo entró por el hombro atravesando el pecho de derecha a izquierda alcanzando la aorta, hecho que le produjo la muerte en pocos segundos.

El fallo señala que fueron los hermanos los que elevaron la situación de riesgo, especialmente cuando rociaron con extintores a los vigilantes, cegándoles momentáneamente. Para los magistrados, el acusado actuó por temor a sufrir un daño mayor, pero su reacción fue desproporcionada.

El abogado recurrirá el fallo al Supremo

El abogado del vigilante de seguridad condenado recurrirá el fallo ante el Supremo. El letrado Cayetano Serna señaló que la sentencia no resuelve algunas cuestiones planteadas en su informe, como es el hecho de que en lugar del homicidio se imputara al vigilante por una imprudencia con resultado de muerte. "La sentencia no dice nada de por qué no se ha contemplado esta alternativa", explicó. Serna también considera que si la propia sentencia reconoce que fueron los ladrones los que incrementaron la situación de riesgo, la eximente por legítima defensa debería haberse contemplado de manera completa. Mientras se tramite el recurso, el vigilante no entrará en prisión. J. A. M.