Pretender definir Vistahermosa en dos palabras es imposible. Es una de las áreas residenciales más extensas de la ciudad, una zona de expansión creada alrededor de la carretera de Valencia en la salida norte de Alicante, sí, pero es mucho más. Aquí uno encuentra viejas villas de finales del siglo XIX compartiendo medianera con chalés de acero y cristal rodeados de cámaras de vigilancia. De Vistahermosa son las torres de 16 pisos del Complejo, las plantas bajas de la avenida de la Albufereta, la clínica que lleva su nombre, los modernos centros médicos y algunos de los colegios con más solera de la ciudad. El barrio es su centro comercial, los concesionarios de coches, los solares con hierbajos, la carretera de Valencia, las calles sin asfaltar... Aquí se encuentran algunos de los restaurantes más prestigiosos de Alicante, el club más conocido, prostitutas en la calle, viejas huertas, casonas en ruinas y nuevas promociones de adosados que acogen a centenares de familias que se trasladaron a vivir aquí en los 90 y que, en algunos casos, se han quedado a medias por la crisis.

Y es que hay un poco de todo. Vistahermosa nació por impulso de unos vecinos que iban haciendo chalés sin planeamiento en un área que desde el siglo XIX se había convertido en un asentamiento de fincas de recreo de la burguesía local y que debe su nombre, lógicamente, a las vistas de las huertas de la Condomina y Orgegia que se disfrutaban desde el alto donde está el colegio de los Jesuitas, tal como relata Juan Carlos Tur Ayela, abogado ya jubilado, ex concejal y vecino del barrio.

Con el tiempo, la carretera de Valencia con su endiablado tráfico, ha partido en dos la zona, aunque las diferencias entre las distintas áreas residenciales de Vistahermosa vienen dadas últimamente por su situación urbanística. "Aquí parece que haya vecinos de primera y de segunda", se lamenta José Navarro, un residente de la parte Este, a la derecha de la carretera de Valencia que, pese a la proliferación de chalés y casas de campo se encuentra sin urbanizar, con calles intransitables en las que te dejas los amortiguadores del coche y que se convierten en un barrizal en cuanto caen dos gotas.

Calles intransitables

"Cuando llueve no podemos pasar. Es increíble cómo está esto", señala Carmelo González, propietario de una casa en la calle Fernando Alfaya, al tiempo que alude a los problemas de acceso que tienen un restaurante cercano y la escuela infantil Vistahermosa. "Hemos pedido mil veces que esto se urbanice, pero parece que no nos toca nunca", y eso que, tal como resalta Carmelo, "aquí vive gente importante. Ahí tienen sus chalés los Esplá, y un poco más allá vive el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y ni por esas".

También se queja del estado de estas calles Jaime García Valero, dueño de una de las casitas de planta baja de la avenida de la Albufereta levantadas a principios de los años 20 del siglo pasado y que conforman la imagen más parecida a un pueblecito de toda la zona, con sus tejados a dos aguas y sus fachadas encaladas o pintadas de colores pastel. Jaime recuerda que "cuando compré mi casa en 1985, estaba hecha polvo, con el patio lleno de animales, pero eran buenas casas, con patios enormes y cerca de la playa, pero lo malo es que, excepto la avenida de la Albufereta, estamos sin urbanizar y no se puede vivir así".

Los vecinos de Vistahermosa han denunciado durante décadas el estado de sus calles y ahora se han iniciado las obras de urbanización de Vistahermosa Norte después de que el Ayuntamiento llegara a un acuerdo con Urbal, la mercantil propietaria de muchos de los viales. Las obras de esta zona, ubicada entre la avenida de Dénia y el parque de ocio de Vistahermosa, se prolongarán durante este año pero los vecinos dan por bien empleadas las molestias. Sin embargo, en la zona Este, donde viven José, Carmelo y Jaime, lo tienen más crudo. Y es que, al tratarse de suelo urbano, las obras se tendrían que pagar con contribuciones especiales entre los vecinos, "pero aquí hay mucha gente que no puede abordar ese gasto y no se está por la labor", señalaba el propietario de uno de los chalés de la zona. La mayor parte de los chalés funcionan con fosas sépticas; otros, aprovechando alguna reforma, se han enganchado al alcantarillado o han parcheado alguna calle, y disponen de luz en las calles gracias a un tendido eléctrico provisional, "y así estaremos durante mucho tiempo porque no se puede hacer frente al gasto". Ciertamente, paseando por esa zona se pueden ver algunos chalés modernos y lujosos, pero también hay modestas casitas de campo con 60 o 70 años de antigüedad y parcelas con viejas casas medio en ruinas rodeadas de maleza que parecen justificar la dificultad de algunos vecinos para hacer frente a los gastos de urbanización.

Los que sí pagaron y disfrutan de calles asfaltadas, de alcantarillado, señalización y farolas "por fin" son los vecinos de Vistahermosa Oeste,desde la clínica que lleva el nombre del barrio al tramo de la Vía Parque de Antonio Ramos Carratalá que le separa de la zona Norte. Aquí vive Juan Carlos Tur Ayela, quien, durante años, estuvo reivindicando la necesidad de que se urbanizara Vistahermosa y asegura ahora que "estamos muy contentos aunque todo se ha hecho con contribuciones especiales que hemos tenido que pagar los vecinos, y no ha sido poco, pese a que esto no es una urbanización privada".

Urbanizaciones

Una imagen y un tipo de vida totalmente distinto ofrecen las grandes urbanizaciones de la zona, algunas modernas, como las levantadas junto a los Jesuitas a las faldas de la Serra Grossa cuyo principal problema ha sido tradicionalmente el ruido de la avenida, y otras más antiguas como el Complejo Vistahermosa, con sus grandes torres diseñadas por García Solera.

El complejo es como un pueblo, con sus tiendas, sus edificios, jardines y dotaciones de ocio y deporte, e incluso con su parroquia y su ambulatorio. Aquí vive Virginia, quien, tras 43 años, asegura que no se iría a ningún otro sitio. "Mis hijos querían que me fuera mas cerca de ellos, pero yo de aquí no me muevo. Nos conocemos todos. Los mayores nos juntamos en el centro social a jugar a las cartas y estamos muy a gusto". Mientras hablamos, Paqui le da los últimos retoques. Es una de las propietarias de la peluquería Paky Juany, uno de los establecimientos del complejo del que recibe prácticamente toda su clientela. Nieves, la antigua peluquera, se jubiló y ellas han cogido las riendas. Paqui describe el complejo residencial como "un lugar magnífico en el que todo el mundo se conoce y en el que, aunque he llegado hace poco, me siento como una vecina más". En la peluquería además de Virginia encontramos a Mari Carmen, quien corrobora que "aquí se está muy bien, los pisos son muy soleados y todo da al exterior y tenemos de todo". Efectivamente, disponen de carnicería, frutería, droguería, farmacia, un par de bares y hasta una sucursal de la CAM. Al frente del quiosco de prensa y estanco está Luis quien tomó el testigo de su madre, antigua titular. "Aquí todos nos conocemos aunque ha venido alguna gente nueva y otros vecinos o hijos de propietarios que han vuelto", señala. En un principio el complejo se utilizó sobre todo como lugar de veraneo aunque en la actualidad la mayor parte de los pisos están ocupados como primera vivienda. "Aquí vivimos todo el año, pero cuando más animados estamos es en verano", cuenta Virginia, "y además tenemos unas fiestas magníficas".

Especialmente orgullosa de su barrio se muestra la presidenta de la asociación de vecinos Complejo residencial Vistahermosa-Orgegia, María Dolores Botella. "Tenemos hasta un cine de verano y en las fiestas que duran una semana tenemos el primer torneo de tenis de 24 horas que se hizo en España y que va ya por la 43 edición, además de bailes, espectáculos, juegos, y un poco de todo". La presidenta asegura que los mayores problemas de la zona son la falta de infraestructuras y las limitadas comunicaciones. En el caso concreto del complejo residencial, son los vecinos los que costean el mantenimiento de los servicios y dotaciones y, tal como señala la presidenta, los problemas son distintos a los de la parte de Vistahermosa ocupada por chalés y casas de campo.

El viejo circuito de coches y motos

Desde los años 40 y hasta los 70 del siglo pasado, la ciudad acogía carreras de coches y motos por el denominado "circuito de Vistahermosa " que conectaba la Albufereta con el Raval Roig por la carretera de Valencia y volvía hasta la Isleta por la Cantera. Fue tal su importancia, que incluso llegó a correr aquí Ángel Nieto. El circuito se usó para el primer premio Escudería Alicante en 1970, acogió carreras del campeonato de España de motociclismo y también premios internacionales como el Trofeo Fiestas de Invierno en 1968. Pero uno de los acontecimientos más recordados está unido a la tragedia ya que en 1949 murieron tres pilotos en una carreta conmocionando a toda la sociedad alicantina de la época.

Grandes superficies y concesionarios

Alrededor de la carretera de Valencia se han instalado grandes superficies comerciales que no tenían cabida en el centro de la ciudad, macro tiendas y concesionarios de vehículos. Además, en el barrio se ubica el complejo de ocio Vistahermosa con algunas tiendas muy concurridas, franquicias y un gran gimnasio pero que ha perdido visitantes desde que cerraron sus salas de cine. En Vistahermosa también se encuentran algunos de los colegios de más tradición de la ciudad como es el caso de los Jesuitas o el CEU Jesús María así como algunos modernos y especializados centros sanitarios. Aquí se pueden encontrar además algunos de los restaurantes más afamados de Alicante así como clubes nocturnos.