Los indumentaristas Jose y Toni, que este año han cosido los trajes oficiales de la Bellea del Foc Infantil y de sus damas de honor, cada vez reciben más prendas de la Fiesta para arreglar, sobre todo de comisionadas de a pie que quieren reciclar sus trajes de siglo XVIII. "En cierto modo son artículos de lujo y la gente quiere recortar gastos", explicó uno de los modistos, que impartieron ayer un taller sobre la indumentaria de huertana en las jornadas de tradiciones alicantinas que se celebran en la Casa de la Festa.

Coser un traje nuevo de siglo XVIII o de huertana cuesta un mínimo de 1.500 euros, dependiendo de la calidad del tejido y de la confección. En este sentido, Jose -José Manuel Santón- dijo que la crisis también se está notando en la elección de las telas y que las más económicas ganan terreno a las sedas aunque en su caso cuando reciben pedidos pueden encargar nuevos cortes a la sedería con la que trabajan, Vives i Marí. Conscientes de la situación económica, ayer sortearon un corpiño que coserán a la afortunada.

En cuanto a los colores de moda, aunque se verá de todo por las calles precisamente porque muchas festeras repetirán traje, los indumentaristas avanzan que "vuelve el oro" para las faldas en detrimento del plateado y también se estilan el negro, el azul eléctrico, los marinos, turquesas y un básico de toda la vida, el blanco.

Jose y Toni dieron ayer consejos sobre cómo lucir el traje de huertana o "de faena", que era el que se ponían las alicantinas para ir al campo elaborado en algodón y que se lleva con espardenyas, y el de siglo XVIII, que era el de "mudar" o salir, mucho más rico, y cosido con brocateles. Estos vestidos son los que eligen la mayoría de las comisionadas y pueden llevar el corpiño liso o de cualquier color, incluso igual que la falda, con amplios y favorecedores escotes, tipo corsé, lo que diferencia a este traje del reglamentario de novia alicantina que visten las bellezas y damas adultas e infantiles de las hogueras y las candidatas a Bellea del Foc, en los que el corpiño es obligatoriamente negro. Con el traje de siglo XVIII no se lleva mantilla por lo que sobre todo se distingue por su comodidad. Jose y Toni aconsejaron lucirlo con zapato de medio tacón en detrimento de las plataformas que últimamente llevan algunas festeras y recordaron la altura reglamentaria de la falda, que debe quedar a 15 centímetros del suelo incluido el tacón. Pese a estas incorrecciones, los indumentaristas creen que el 80% de las comisionadas sabe llevar el traje y cumplir con todas las normas de uniformidad que marca el reglamento. También explicaron cómo llevar las mantillas para la Ofrenda y hablaron de los trajes de hombre -de campo y torrentí- y cómo ponerse pañuelos y sombreros.