Con el silencio como estrategia, el presidente de la Diputación de Alicante, Joaquín Ripoll, ha conseguido esquivar la tormenta desatada en las últimas semanas entorno a la ratificación como candidato del PP a la Generalitat de Francisco Camps. Una indefinición en la suma de aliados a la causa del jefe del Consell que ha dejado solo al dirigente provincial tras los gestos públicos y contundentes expuestos por sus homólogos al frente de las instituciones de Valencia y Castellón. La apuesta de Ripoll por sortear los pronunciamientos sobre la demora en los plazos a los que la dirección del PP está sometiendo a Camps, así como sobre el golpe en la mesa dado esta misma semana por el PPCV para sellar su ratificación han sido una constante en las últimas comparecencias del presidente provincial de los populares. Un juego centrado en tirar balones fuera que ha llevado a Ripoll a acuñar frases como que "lo que ocurre a nivel regional depende de la dirección regional y a mí no tienen la obligación de consultarme", vino a decir en relación a la proclamación por parte del PP en la Comunidad.

Frente a esta postura, la entrada de lleno en las valoraciones por parte de los presidentes de las diputaciones de Valencia y Castellón, Alfonso Rus y Carlos Fabra, respectivamente, han dejado la patata caliente en manos de Ripoll, quien se mueve ahora en la tesitura de romper una lanza a favor del presidente regional o continuar anclado en el mutismo. De decantarse por este último movimiento, el representante de la institución alicantina volvería a caminar con el paso contrario al marcado desde Valencia, más si cabe tras los últimos llamamientos de Camps ensalzando los múltiples apoyos y respaldos que acumula por parte de cargos del partido y de la militancia en su recorrido hacia la reválida para un tercer mandato en el Consell.

Suma de fuerzas

En esta contribución a la suma de fuerzas se movió ayer el presidente de la Diputación de Castellón y líder del PP en esa provincia, Carlos Fabra, quien hizo uso de los calificativos para advertir de que la dirección nacional del partido está actuando con "excesiva prudencia" en el proceso de renovación de Camps. Fabra no se anduvo con rodeos y afirmó que el jefe del Consell "está respaldado por casi tres quintas partes de las Cortes y por una mayoría de ciudadanos que desean apoyarse en Francisco Camps para poder salir de la crisis", al tiempo que precisó que el paso dado por el PPCV "se tenía que haber hecho hace meses".

Fabra cogía así el testigo de manos del representante de la Diputación de Valencia y también presidente del PP en esa provincia, Alfonso Rus, quien con menos de veinticuatro horas de diferencia marcó posiciones al precisar que cuando al presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, "le faltaba la peseta para el duro -en alusión a los intentos de Esperanza Aguirre para relevarle-, el primero que la puso fue Paco Camps". Una frase más que gráfica que concluyó con un "Rajoy no es tonto, es persona y cree en la honestidad de Camps", por lo que "cumplirá" con su ratificación. Con este escenario, el punto de mira se sitúa ahora en Ripoll -a expensas de la decisión sobre su candidatura- y los movimientos con los que decida continuar la partida. El próximo sábado, el PPCV, coincidiendo con la proclamación de María Dolores de Cospedal en Albacete, organiza un gran acto autonómico en la localidad de Torrent. Se espera, aunque no está todavía confirmada, la presencia del jefe del Consell. Será una buena piedra de toque para medir la reacción de Joaquín Ripoll.

"El caso de los trajes no va más allá de una falta"

El portavoz del PP en las Cortes, Rafael Blasco, continuó ayer reforzando el cierre de filas entorno a Francisco Camps. El representante popular siguió aportando motivos a la decisión adoptada por el PPCV sobre la proclamación del jefe del Consell al advertir de que era "su competencia", además de sentenciar que este paso responde al "sentir unánime del partido". Blasco mostró su confianza en que el nombre de Camps va a salir "totalmente limpio" de la causa de los trajes, "porque después de dos años instruyendo el caso, la Fiscalía lo que hace es plantear una multa, que no representa la inhabilitación ni va más allá de una simple falta". EFE