Cuarenta palmeras diarias. Es la media que llevan los trabajadores de la Concejalía de Atención Urbana encargados de aplicar a todos los ejemplares de la ciudad un tratamiento preventivo contra el picudo rojo tras detectarse la presencia de este insecto en una veintena de casas particulares de las partidas del Moralet, Verdegás y Cañada del Fenollar, donde se ha detectado el foco más grave, así como en Villafranqueza y Ciudad Jardín ya dentro del término municipal de Alicante. Los operarios ya han fumigado las palmeras de los barrios de la zona norte, de hecho comenzaron hace una semana con Villafranqueza, Juan XXIII y Virgen del Remedio y ayer estuvieron en San Gabriel, tanto en los jardines del barrio como en los taludes de la desembocadura del barranco de las Ovejas, donde protegidos con un traje especial aplicaron con mochilas alrededor de 20 litros de un insecticida especial sobre las palmeras más bajas e inyectaron unos 10 gramos de producto muy concentrado en el tronco de los ejemplares más altos.

El tratamiento preventivo continuará por San Blas, el Garbinet, el Pla y la Florida en un intento de crear "una barrera protectora" que evite que el picudo llegue a las palmeras de la zona centro, según explicó el concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens. Uno de los encargados de Jardines, José Vicente García, pidió ayer la colaboración de las comunidades de propietarios y su implicación. "Es necesario que fumiguen porque de lo contrario el picudo, que aún no ha llegado a las zonas verdes municipales, las contagiará", dijo. La intervención ha comenzado por las palmeras canarias, preferidas por el insecto, de las que hay unas 6.000 en el término de Alicante. Todas ellas serán tratadas en esta primera fase con imidacloprid o tiametoxan, así como las datileras de la Explanada y del Palmeral. En estos dos casos el producto se disolverá en el agua de riego para no dañar el tronco de los ejemplares.

En una segunda fase serán tratadas las demás palmeras datileras que hay en Alicante, alrededor de diez mil. El tratamiento preventivo, que es experimental, también se aplica en la finca Els Reiets, donde se encuentra el vivero municipal, para evitar que se contagien los ejemplares que después se plantan en la ciudad. El Ayuntamiento está aprovechando que con el frío el picudo se aletarga y su vuelo es menor para fumigar.

Tala, retirada y destrucción

El Ayuntamiento de Alicante está colaborando en la observación del picudo así como en la tala de los ejemplares afectados a través del departamento de Jardines que dirigen los ingenieros Carlos Domínguez y Manuel Martínez. La Concejalía ha elaborado un protocolo según el cual los particulares que detectan el picudo en sus jardines y que llaman para comunicarlo pasan a formar parte de un listado. Los operarios de Jardines visitan esas fincas y si hay ejemplares afectados los fumigan con mochilas una primera vez, recogen con bolsas los insectos y sus capullos, los talan y avisan a un departamento de la Generalitat que acude a retirar las palmeras dañadas y las lleva hasta Crevillent, donde se queman y destruyen. Un ejemplar afectado presenta las puntas de las palmeras comidas o tiene pequeños agujeros en el tronco. El gusano penetra en la palma y va comiendo la palmera hasta que la mata, explicó García. Paralelamente al picudo también se están tratando los pinos de algunas zonas contra la procesionaria. J.H.