César Augusto Tauroni es un viejo conocido del clan Blasco. De la política y de la empresa. Con Bernardo Blasco, uno de los dos hermanos varones del actual conseller de Solidaridad y Ciudadanía, ha compartido andanzas en Unió Valenciana en Alzira. Fueron el uno y el dos del colectivo local. Pero, sobre todo, han sido socios en negocios con productos tan perecederos como la fruta y tan perennes como el ladrillo, a través, en ambos casos, del Grupo Apelcine. Pero la especialidad de Tauroni es la informática y la consultoría en general. General de Comunicaciones y Servicios (GCS) es una de sus empresas señeras. GCS asesora a la Fundación Solidaria Entre Pueblos, la matriz del conglomerado de ONG y fundaciones engordado con dinero público de las subvenciones para cooperación.

Documentación a la que ha tenido acceso este diario pone en evidencia cómo Joaquín Blasco López ha ordenado pagos de la fundación a GCS. Blasco López es consejero delegado de la firma farmacéutica Desfa -que cobró por servicios a varias entidades de ese conglomerado- y es persona próxima a Alfonso Navarro Torres, consejero delegado de Arcmed, y a Adolfo Soler, de la consultora Dinamiz-e. Estas dos firmas crearon la Fundación Entre Pueblos.

Teléfono de los mayores

La firma de Tauroni GCS ha estado en el escaparate de la polémica como beneficiaria de diversos contratos de consellerias por las que ha pasado Rafael Blasco. En 2001 se llevó por la vía de urgencia el concurso del servicio de atención del teléfono de asistencia a los mayores. Ese contrato, de 99.700 euros, fue ampliamente superado por el que ganó, en esa ocasión junto a Tissat, para el mantenimiento de los equipos informáticos de la Conselleria de Bienestar Social a finales de 2002. Esa adjudicación alcanzó los 382.000 euros. En Sanidad, GCS también logró una adjudicación por más de 123.000 euros. La relación contractual de General de Comunicaciones y Servicios SL con el sector público incluye al Hospital General cuyo gerente era Sergio Blasco, sobrino del conseller e hijo de Francisco Blasco.

La controversia en las adjudicaciones informáticas acampó de pleno en Sanidad entre 2006 y 2007, con ocasión de un contrato de tres millones de euros para gestionar la base de datos sanitarios. Blasco rechazó la valoración técnica de las ofertas y se abrió un enfrentamiento que acabó con la destitución del jefe de informática, Alfonso Jiménez, y su relevo por Marc Llinares, que procedía de Territorio y Vivienda y gozaba de toda la confianza de Blasco cuando éste era titular de ese departamento. Precisamente, Llinares ha aterrizado también en la Conselleria de Solidaridad. Es el jefe de área de cooperación, con voz, voto y firma en las subvenciones a ONG o a fundaciones como Cyes, la que dedicó a mayor parte de los 1,8 millones de ayuda para dos proyectos a comprar inmuebles en Valencia.