Personas que deciden donar su cuerpo a la ciencia cuando fallezcan. El alto índice de donación de cadáveres para la investigación que se registra en la provincia de Alicante permite a la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández donar "hasta 20 cuerpos cada año a otras universidades españolas", explica el decano de Medicina de la UMH, Juan Manuel Caturla. Estas cesiones "se llevan a cabo sin ánimo de lucro y sirven para la investigación, para cursos de posgrado y para que los alumnos puedan desarrollar prácticas de anatomía".

Actualmente, en Alicante se "producen unas 60 donaciones de cuerpos cada año", explica Francisco Sánchez del Campo, catedrático del Departamento de Histología y Anatomía de la UMH. Esta cifra sitúa, proporcionalmente, a la provincia "como la primera de España en número de donaciones". Hasta hace poco tiempo, éstas procedían sobre todo "de la población extranjera residente en Alicante, con la que hicimos un importante trabajo de concienciación cuando se puso en marcha la Facultad". Sin embargo, añade Sánchez del Campo, "con el paso de los años el perfil ha ido cambiando y ahora tenemos al 50% de donantes extranjeros y españoles".

Pero la facultad alicantina no sólo encabeza las cifras de donaciones. Gracias a una pionera técnica, "conseguimos que los cadáveres preserven las condiciones de flexibilidad y turgencia, lo que permite ensayar todo tipo de técnicas quirúrgicas". En este sentido, investigadores de todo el mundo participan cada año en los cursos que se imparten con cadáveres en el campus de Sant Joan "para el desarrollo de técnicas sofisticadas como la laparoscopia que antes sólo se podían ensayar con animales antes de su aplicación en humanos".

Cursos de reconstrucción de mama, de fracturas de caderas o de liftings en el campo de la cirugía estética son algunas de las iniciativas más pioneras que se están desarrollando en el Departamento de Anatomía de la UMH.

Ahorro económico

Y aunque la implicación y la voluntad de contribuir a la ciencia son las principales motivaciones para las personas que deciden, en vida, que sus cuerpos se queden en la Facultad de Medicina una vez fallezcan, los motivos económicos también pueden influir en esta decisión. "Las donaciones son totalmente gratuitas", señala Francisco Sánchez del Campo por lo que las familias se ahorran los 3.000 euros que, como mínimo cuesta un entierro o una incineración. Para ser donante, "simplemente es necesario solicitar un impreso en la Facultad de Medicina, que es común para toda España". La firma del donante y de unos testigos "es suficiente para dar el consentimiento".

En este impreso, la persona debe indicar "rellenando una casilla" si consiente, dado el caso, que su cuerpo sea trasladado a otras universidades españolas. "El 99% de nuestros donantes la marca afirmativamente", añade Sánchez del Campo.

Descartados los casos de sida y obesidad

No todos los cuerpos sirven para ser donados a la ciencia. Según explica Francisco Sánchez del Campo, "si el paciente ha fallecido de Sida o hepatitis C este cadáver no puede ser utilizado para desarrollar prácticas en Anatomía". También "se descartan los cuerpos que han sido sometidos a una autopsia y los afectados por obesidad mórbida, sólo por cuestiones de operatividad a la hora de mover el cadáver en la mesa". Gracias a costosas técnicas de conservación que se emplean en la actualidad cada cuerpo "puede ser utilizado por la Facultad una media de tres o cuatro años". Pasado este tiempo, y si la persona así lo recogió en el momento de hacerse donante, la familia tiene la posibilidad de recuperar los restos incinerados de su ser querido. La Facultad de Medicina desarrolló desde sus inicios una intensa labor de información, "sobre todo entre la colonia extranjera residente en la provincia", de la importancia que para la ciencia suponen este tipo de donaciones. "Entramos en contacto con los animadores culturales que suelen trabajar en estas colonias extranjeras, para que hicieran de correa de transmisión de este mensaje". Poco a poco el perfil ha ido cambiando y las donaciones de españoles ya igualan a la de foráneos.