Los vecinos del centro histórico rechazan frontalmente el Plan Especial de Protección y Conservación del Centro Tradicional que, en su artículo 22, autoriza la apertura de "pubs, disco-bares, disco-pubs, salas de fiesta, discotecas y salas de baile" siempre que la distancia mínima entre dos locales sea de 50 metros" tal como publicó ayer este diario. Los vecinos esperaban que, al igual que ha ocurrido en el casco antiguo, se limitarían los permisos de instalación de establecimientos de ocio en esta zona situada entre Alfonso el Sabio, la Explanada, la Rambla y Gadea, por lo que van a solicitar con urgencia una reunión con los responsables municipales para expresar su rechazo a la apertura aquí de locales de ocio. El presidente de la asociación de vecinos de la zona, Carlos de la Iglesia, mostró ayer su sorpresa ante el contenido del plan ya que "hace poco tuvimos una reunión con los concejales Juan Seva y Andrés Llorens y ellos saben que nuestro caballo de batalla son los ruidos". A su juicio, "si ahora empiezan a sacar autorizaciones de pubs y discotecas, lo que va a pasar es que todos los vecinos del centro tradicional que tenemos una edad avanzada, nos vamos a tener que ir y esto se va a quedar desierto". Para De la iglesia, "en el centro de Alicante no se pueden poner más locales de este tipo. La calle Castaños está saturada de ruidos, Álvarez Soto está llena de cafeterías, y si se abren más pubs y discotecas, los viernes y sábados las calles del centro van a estar llenas de gente en la calle bebiendo en los alrededores de los locales. Vamos a pedir enseguida una reunión con los responsables municipales ya que estamos luchando contra los ruidos y, aunque un bar esté bien acondicionado, la gente sale fuera, monta mucho ruido y los exteriores quedan hechos una porquería".

Tampoco los comerciantes de la zona consideran que sea bueno que haya una proliferación excesiva de locales de ocio en el centro tradicional. A juicio de Vicente Almengol, de Corazón de Alicante, "el centro lo que necesita no es sólo ocio y discotecas sino otros elementos. No nos podemos dedicar todos a la hostelería. Por ejemplo, en la zona de la ruta de la Madera el vecindario lleva años pidiendo que eso se cierre como para que se permita aquí".

El presidente de esta asociación, José María Albert, tiene una opinión más tolerante con estos establecimientos. "El problema no es de los locales, que en su gran mayoría están acondicionados, insonorizados y cumplen la ley. El problema es la gente en la calle que sí molesta". A su juicio no hay que demonizar a los pubs sino aumentar la vigilancia en el exterior de los mismos para evitar molestias "y educar a los jóvenes para que se conciencien y respeten el derecho de los vecinos a descansar".