La crisis que sacude el sector de la construcción residencial en Alicante desde que estallara la burbuja inmobiliaria ha provocado que en los últimos tres años (2008-2010) sólo se hayan comenzado a ejecutar en la provincia un 2% de las 61.000 viviendas incluidas en los 33 proyectos de urbanización -PAI- aprobados por la Conselleria de Urbanismo, según los datos que constan en el departamento que dirige Juan Cotino y la propia patronal alicantina. El resultado es que en estos momentos apenas hay unas 1.220 viviendas nuevas en construcción en la provincia e, incluso, hay promotores que han comunicado a los respectivos ayuntamientos que renuncian a sus proyectos al no poder iniciarlos por carecer de los avales bancarios correspondientes, lo que reduce en 10.000 la cifra de casas aprobadas esta legislatura, localizadas sobre todo en la costa de la Vega Baja y la Marina Alta.

La principal consecuencia negativa de esta coyuntura es la sangría laboral que ha sufrido la provincia en los tres últimos años. En este periodo han desaparecido cerca de la mitad de las constructoras (6.420 de un censo de 14.400 mercantiles), según el balance con fecha del pasado 31 de diciembre de la Federación Alicantina de la Construcción, Fecia, lo que supuso el paro para 37.840 trabajadores.

La falta de compradores para las entre veinticinco y treinta y cinco mil viviendas que siguen formando el "stock" sin salida en la provincia (la mayor parte en manos de las entidades financieras) ha paralizado la actividad y el inicio de los nuevos proyectos cuya tramitación sigue siendo, además, muy lenta (en la última reunión de la Comisión Territorial de Urbanismo se aprobó una plan para construir VOSO en Sant Joan que llevaba sobre la mesa desde 2001 y que tampoco va a iniciarse a medio plazo).

Los promotores no tienen fondos porque ni cuentan con producto que vender -salvo las empresas saneadas que venden a cuentagotas el resto de las casas ha terminado entregando las viviendas a los bancos para pagar deudas- ni acceso fácil para lograr financiación en cajas y bancos que han dado prioridad a la venta de su "stock".

"Es muy difícil hablar de números pero está claro que en los dos últimos años no se ha empezado a construir nada y es cierto que hay compañeros que no pueden más y no han tenido otro remedio que solicitar al Ayuntamiento donde tenían el PAI la caducidad del expediente. Se pierde el dinero que costó el proyecto pero no queda otro remedio porque el aval bancario se acaba", apuntan fuentes de la patronal de los promotores donde hace tiempo que optaron por dejar que pase el temporal antes de iniciar nuevos proyectos.

La recesión y las pésimas noticias económicas que se producen diariamente en España han paralizado la demanda nacional de vivienda en la Costa Blanca y tampoco se mueve el mercado extranjero, donde la coyuntura económica mejora pero sin que todavía posibilite el arranque de la inversión en la Costa Blanca. En la provincia, un 55% de las casas que se construyeron durante el pasado "boom" fueron a parar a manos de inversores que buscaban una segunda vivienda en la costa.

Mientras la provincia sigue sumida en la atonía general, en el conjunto de España sí que se ha notado un fuerte impulso de las operaciones de compraventa hasta el punto de que subieron un 18,7% en el primer semestre del año respecto al mismo periodo de 2009, casi quince puntos más que en Alicante.

Consecuencia directa de la parálisis que la edificación residencial es el hundimiento el precio del suelo urbano (solares listos para edificar) cuyo valor ha caído en los últimos años un 100%, según los datos del Ministerio de la Vivienda. Recordar que durante el primer trimestre de este año se cerró con una precio medio de 225 euros el metro cuadrado, la mitad de lo que se fijaba en el mismo periodo de 2006 (456 euros), último año del "boom" del ladrillo en España. El bajo precio del suelo coloca a Alicante entre las provincias más baratas de España.

La patronal sostiene, por su parte, que lo peor no es el bajón del precio sino el hecho de que entre enero y marzo (periodo estudiado), en los municipios alicantinos con más de 50.000 habitantes sólo se realizaron 11 operaciones de suelo, cifra que denota que la situación sigue bajo mínimos, pese a que hasta abril sí que se produjo una remontada espectacular en la venta de viviendas. Llegó marzo, el "decretazo", las malas noticias económicas y el mercado se ha vuelto a congelar.

Alicante finalizó 2009 con un precio medio de 320 euros el metro cuadrado, cifra que en el primer trimestre de este año ha descendido un 18% hasta quedar en los 225 euros por metro cuadrado.

La estadística tampoco ha sido generosa con Valencia donde la pérdida de valor del suelo urbano alcanza el 35% respecto al último periodo estudiado y sí sorprende el caso de Castellón, la tercera provincia de la Comunidad, donde el precio medio a finales de marzo estaba en los 272 euros/m2, un 3% más, uno de los pocos porcentajes de crecimiento en España. El precio medio estatal en el primer trimestre del año quedó en 204 euros, un 14% más bajo que a final del año pasado.

En el primer trimestre del año se produjeron en España un total de 1.172 operaciones de suelo, de las que 351 se produjeron en la Comunidad Valenciana (sólo 11 en los municipios alicantinos con más de 50.000 habitantes). La superficie transmitida en dichas transacciones fue de 5,5 millones de metros cuadrados, el 36,5% menos que un año antes, y su valor total fue de 1.010 millones de euros, lo que significa un descenso del 60,7%. En la Comunidad se vendió 330.000 metros cuadrados con un valor de 82 millones de euros, según los datos de Vivienda.

Los tasadores de viviendas sostienen que hasta no cambien las condiciones de acceso a la financiación y disminuya la tasa de paro no habrá un incremento significativo en la compra de viviendas en los próximos meses.