La terminal de El Altet vivió ayer la sexta jornada consecutiva de caos debido a un huelga de controladores ,pero esta vez legal y ajena al personal de AENA. Los problemas llegaron derivados de un paro convocado por los controladores franceses que obligó a cancelar 12 vuelos y provocó retrasos medios de 90 minutos en unos 120 de los 246 vuelos programados ayer en el aeropuerto provincial, algunos con demoras de tres e, incluso, de más de cuatro horas, como fue el caso del vuelos de Air Europa que conecta El Altet con París-Orly. No se canceló pero "atrapó" a sus pasajeros en Alicante porque, además, ya había llegado tarde ya que su origen estaba en Palma de Mallorca. Catorce de los dieciséis vuelos cancelados eran con Londres (4); París (2); Bristol (2); Belfast (2) y Madrid (2), debido en este último caso a que el avión se vio afectado al estar volando por Europa.

En total, cerca de 17.000 pasajeros con origen/destino Alicante se vieron atrapados en el aeropuerto alicantino o en cualquier aeródromo europeo porque sus aviones debían sobrevolar cielo francés. Incluso las aeronaves con destino a Gran Bretaña utilizan esta ruta al estar saturada la alternativa que pasa por Galicia. Motivos de seguridad aconsejan, por otro lado, volar siempre que se pueda por encima de tierra.

Los problemas provocados por las huelgas o las bajas médicas de los controladores comienzan a sembrar, por otra parte, la alarma entre los empresarios turísticos que ayer avanzaron que si no se corta el problemas las pérdidas podrían alcanzar en España los 15.000 millones de euros.

La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos -patronal en cuyo comité ejecutivo está Javier García, vicepresidente de Hosbec, instó al Ministerio de Fomento a que busque una pronta y definitiva solución al conflicto con los controladores aéreos, por los posibles perjuicios que esta situación puede producir para el turismo y el sector hotelero en estas fechas de máxima actividad.

Sólo en el mes de agosto de 2009, los aeropuertos españoles presentaron un tráfico de más de 21 millones de pasajeros, de los que dos terceras partes fueron turistas extranjeros. La actual situación podría derivarse en dificultades para los turistas extranjeros a la hora de alcanzar su destino, problemas de movilidad para el turismo interno y, en general, un daño irreparable.