"Hasta ahora todo lo que podemos contar no es malo; junio cerró bien y la primera quincena de julio ha sido aceptable, pero todo se está produciendo a última hora y agosto sigue siendo una incógnita". Antonio Mayor, presidente de Hosbec, la asociación hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (60% de la ocupación turística de la Comunidad Valenciana), recupera el ánimo tras el irregular comienzo del mes y espera que al final se salve la temporada alta. No obstante, admite que los turistas que han llegado lo hacen justitos y sin muchas posibilidades de gasto. "Por tener controlado tienen controlado hasta el helado que se come el niño en el postre. La cartera está apretada y se nota en el bar".

Se ha acabado el Mundial. ¿Respira más tranquilo? Muchos hoteleros piensan que acontecimientos deportivos como éste afectan a la ocupación.

Cierto, todo lo que signifique desapalancar al turista del sillón es bueno y, por supuesto, que haya acabado el Mundial es positivo aunque tampoco es que a nosotros nos haya venido muy bien el que los clientes llenaran los salones. Pusimos pantallas gigantes para ver los partidos pero al final del día el lleno no se reflejaba en la caja.

Sostiene que al final julio no será tan malo pero ¿qué tal el nivel de gasto?

No será tan malo y aunque parezca una tontería el hecho de que el tiempo en Europa empeore (hasta ahora ha hecho calor) y en Londres ya no pasen de los 20 grados de máxima es positivo. ¿Nivel de gasto? La gente llega con la cartera muy ajustada y eso se nota. Los visitantes quieren controlar al máximo su presupuesto y de ahí, por ejemplo, el éxito de la fórmula "todo incluido", donde se puede controlar hasta el helado que se toma de postre al tenerlo metido en el coste global de las vacaciones.

¿Mejoran las perspectivas para agosto aunque lleguen con el bolsillo tieso?

Existen señales que nos permiten ser moderadamente optimistas como el que el valor de la libra esterlina siga revalorizándose frente al euro y que Turquía está llena. Seguro que va a haber desvío de grupos de turistas hacia nuestras costas pero, insisto, este verano dependemos más que nunca de la última hora.