La plaza del Ayuntamiento y las calles Jorge Juan y Rafael Altamira seguirán abiertas indefinidamente al tráfico rodado. Las quejas de los comerciantes, denunciando los perjuicios de esta medida para su colectivo, y la inexistencia de una alternativa para permitir el acceso del tráfico rodado desde la fachada marítima hasta la Rambla y el Centro Tradicional, al descartarse la apertura a la circulación de la Explanada, han obligado a la alcaldesa a rectificar y a desistir de una de sus iniciativas más atrevidas.

Sonia Castedo ya lo dijo en una rueda de prensa el 16 de marzo pasado al afirmar que no le iba a dar miedo "dar marcha atrás cuando las decisiones que se hayan tomado no sean las adecuadas". Y por lo que parece, admite su equivocación al archivar definitivamente su plan de peatonalización de una pequeña parte del Centro Tradicional, que incluye la recién renovada plaza del Ayuntamiento y las calles Rafael Altamira y Jorge Juan. Un proyecto que seguía una política de restricción del vehículo privado y de potenciación del peatón, como sucede en la inmensa mayoría de las ciudades europeas que se precian.

El citado proyecto de peatonalización estaba herido de muerte desde que el colectivo de comerciantes del centro levantó su voz contra el mismo y le achacó que desertizaba aún más la zona tras su implantación, a mediados de diciembre del pasado año.

Para intentar salvar esta actuación, la primera edil decidió, en una polémica decisión, abrir un carril al tráfico en el primer tramo de la Explanada, de forma que los vehículos pudieran acceder a la Rambla manteniendo peatonal la plaza del Ayuntamiento. Fue peor el remedio que la enfermedad ya que sólo los preparativos de las obras para eliminar la peatonalización de la primera manzana de la Explanada provocó mas quejas y denuncias, por parte de los vecinos del edificio Carbonell y de colectivos ciudadanos, contrarios a abrir al tráfico la explanada, aunque fuera sólo en un pequeño tramo.

Este revuelo provocó que la alcaldesa suspendiera las obras para abrir el carril en la Explanada. Desde ese momento, Sonia Castedo ya tenía claro que su proyecto de peatonalización estaba herido de muerte. La agonía, sin embargo, se prolongó tras su anuncio de que sólo abriría el carril de la Explanada si lo permitía el informe que los propietarios de la Casa Carbonell iban a encargar al respecto.

El citado informe hace casi un mes que lo tienen los vecinos. Es más, desde antes de Hogueras se lo comunicaron a la alcaldesa y pidieron una reunión para exponerle su contenido. Todavía siguen esperando una cita. La alcaldesa tiene ya descartado desde hace meses su plan de peatonalización y el primer paso al respecto lo dio a primeros de marzo, cuando decidió la apertura "provisional" de la plaza del Ayuntamiento a todo el tráfico de vehículos.

Que el informe ponga reparos a la apertura de la Explanada al tráfico es casi lo de menos y a la alcaldesa poco le importaba porque su decisión estaba tomada, aunque no la hubiera hecho pública.

En estos momentos la plaza del Ayuntamiento está cerrada al tráfico pero por otras razones muy distintas, y es que se están reparando las deficiencias de la renovación a la que fue sometida el pasado año. Dentro de unos días, antes de fin de mes según se anuncia, la plaza del Ayuntamiento, ya reparada, volverá a soportar el permanente paso de vehículos, aunque ya no se usará como aparcamiento. Algo, al menos, se ha ganado.