Las fiestas de San Blas superaron con creces una prueba de fuego. La Gran Entrada del Bando Cristiano sirvió ayer de termómetro para medir la respuesta del público al cambio de fecha. El calor de la gente se hizo notar en uno de los actos más importantes de los primeros Moros y Cristianos veraniegos. Los asistentes se volcaron con los más de 2.000 festeros que salieron a las calles capitaneados por los Caballeros Hospitalarios.

El barrio se contagió del ambiente de época en un día largo, que arrancó a las 8 de la mañana con la Diana. Al ritmo de los pasodobles dianeros, las filàs despertaron San Blas para conducir a su gente hacia los cuarteles para almorzar. Después de tomar fuerzas, llegó el momento de gloria de las abanderadas del Bando Cristiano con su tracional desfile desde el castillo. Después la fiesta se trasladó a la parroquia de San Blas para celebrar los también típicos bautizos festeros. Ayer se bautizaron tres niños del Bando Moro y hoy está previsto un bautizo más del Bando Cristiano, la mitad de los celebrados el pasado año.

Turno para la media luna

Mientras los cristianos se preparaban para la Gran Entrada, el Bando Moro aguardaba en la víspera de su día. Las filàs moras visitaron durante la jornada a su capitán para agasajarlo. Hoy harán su entrada por las calles de San Blas en un día que podría ser doblemente grande si España se proclama campeona del mundo de fútbol en Sudáfrica. Precisamente, la disputa de la final del Mundial retrasará la Gran Entrada del Bando Moro a las 10 de la noche. Y es que nadie se quiere perder la gran cita de esta noche, en la que "La Roja" contará también con todo el apoyo de los festeros de San Blas.