El empresario Enrique Ortiz manifestó ayer que su vuelta a Alicante desde Pamplona, donde se encontraba disfrutando de los San Fermines, se debe a que supuestamente está "imputado" o "metido en el lío" en referencia a la operación policial desplegada. El constructor, una de las once personas detenidas, y posteriormente puestas en libertad en la operación desarrollada en Alicante y Orihuela, hizo ayer estas declaraciones durante el entierro del histórico presidente del Hércules, José Rico Pérez, donde se personó como un clavo a las 11 de la mañana tras una larga noche de registros y declaraciones en la Comisaría Provincial. "Estoy tranquilo", dijo, e indicó que su empresa mantiene una línea de "legalidad y honradez". "Ya se demostrará que no tenemos nada que ver", añadió en alusión al Grupo Cívica, cuya sede social fue registrada ayer en el marco de una operación policial dirigida por la fiscalía anticorrupción y el juzgado número tres de Orihuela. El empresario pidió a la gente que confía en él que "lo siga haciendo". "Somos gente honrada y legal, que trabajamos día a día para mantener la empresa y muchos puestos de trabajo", añadió. En relación al registro que la Policía Nacional llevó a cabo en su casa y en la sede social del Grupo Cívica y el yate, apuntó que los agentes actuaron "modélicamente" y le "trataron de maravilla", así como a su familia. Añadió que tiene "absoluto respeto" por las fuerzas y cuerpos de seguridad y los jueces.