Las universidades de la Comunidad se ven obligadas a apretarse el cinturón los próximos dos años, hasta 2013. El Consell ha remitido a los campus un documento en el que les propone congelar las inversiones los dos primeros años de aplicación del nuevo plan plurianual de financiación, todavía por aprobar, y, aunque los vicerrectores consultados han indicado que no van a aceptar el documento tal cual, deben reunirse previamente para tratar de dar una respuesta común y conjunta a la Generalitat.

En cualquier caso, en los rectorados son "conscientes" de que "habrá que apretarse el cinturón en los próximos años" después de que el capítulo de inversiones ya se ha visto mermado un 10% en la UA respecto al anterior ejercicio.

Así, los poco más de 200 millones de euros consignados en el presupuesto de la Universidad de Alicante para este año, -un 0,3% menos que en 2009- y los 98 millones de la Universidad Miguel Hernández -otro 1,15% inferior al último aprobado-, no sólo no aumentarán los dos próximos años, sino que se verán rebajados al sumar a la congelación anunciada por el Consell los recortes en el salario de los funcionarios.

Los campus deben ahora hacer las cuentas para indicar a Educación la cuantía que dejarán de percibir en el capítulo de las nóminas de profesores y administrativos, teniendo en cuenta que los recortes aprobados por el Gobierno para los funcionarios rondan el 5% de cada salario.

Situación económica en el aire

Estos recortes salariales afectarán de forma desigual a cada universidad en función de la plantilla de cada una y si el profesorado tiene sexenios, trienios, etcétera. En su conjunto supondrán alrededor de 46 millones de euros, alrededor de 10 millones por campus de media.

Por eso señalan desde el equipo económico de la Universidad de Alicante que las cuentas, ahora mismo, están en el aire, y que necesitan llegar a un acuerdo con el resto de universidades para concretar la rebaja que, por otra parte, añade el Consell a las arcas de estas instituciones.

Según los criterios del nuevo plan de financiación para las universidades que regirá de 2011 a 2017, cada universidad recibirá un dinero en función del número de alumnos matriculados, entre otros parámetros. Pero los centros no pueden tampoco ajustar este dato actualmente atendiendo a estadísticas previas, porque los campus estrenarán en septiembre las carreras convertidas en grados.