Atónitos, sorprendidos, estupefactos, desconcertados,... El medio millar de empleados de la Diputación que trabajan en el Palacio Provincial y en las dependencias de la calle Tucumán se encontraron a primera hora de ayer con la insólita imagen de la sede central de la institución literalmente "tomada" por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Desde poco antes de las 8 de la mañana y hasta después de las 15 horas, el edificio estuvo férreamente custodiado por más de una veintena de agentes, que llegaron a bordo de varios furgones blindados e impidieron el acceso de cualquier persona ajena a la institución. La sorpresa entre los funcionarios se trasladó al exterior, donde más de una treintena de periodistas y unidades móviles de las televisiones nacionales se agolparon a la espera de noticias, mezclados entre grupos de viandantes curiosos.

Además de la férrea vigilancia exterior, los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) se desplegaron por la primera planta del Palacio, donde se ubica el área de Presidencia, a la espera de la llegada de José Joaquín Ripoll, procedente de su domicilio y acompañado de la policía judicial encargada del registro. El presidente de la institución y del PP provincial llegó pasadas las 11,30 y accedió a su despacho por el pasillo subterráneo que une los dos edificios. Poco después se incorporó al registro el abogado Bernardo del Rosal, que asumió la defensa de Ripoll junto a Fernando Molina.

Hasta ese momento y durante las horas posteriores, la preocupación fue patente entre el equipo de los más estrechos colaboradores de Ripoll, varios de los cuales se reunieron a las puertas de Presidencia, según confirmaron fuentes de la Diputación, que también destacaron que el presidente colaboró "de modo permanente" desde la mesa de su despacho con los agentes y recibió un trato "sumamente correcto" por parte de los mismos.

En medio del inusual despliegue policial, muy pocos funcionarios se atrevían a dar detalles sobre lo que ocurrían de puertas adentro. "Al principio pensábamos que todo esto tenía que ver con la visita de Pau Gasol", destacó uno de ellos, "pero cuando hemos visto a los agentes con los petos por la zona de Presidencia, ya hemos pensado otras cosas".

Mientras la consternación era un hecho en el seno del equipo popular de gobierno, el grupo socialista optaba por guardar silencio a la espera de conocer en profundidad el alcance de la operación. El PSPV votó en su día, enero de 2008, a favor de la adjudicación a una empresa de Enrique Ortiz del Plan Zonal para el tratamiento de residuos de 27 municipios de la Vega Baja, adjudicación que está en el origen de la investigación de la Fiscalía Anticorrupción y el juzgado Número 3 de Orihuela. Sólo se pronunció el portavoz adjunto, Roque Moreno, para pedir prudencia y respeto a los procesos judiciales. Con todo, la preocupación también era evidente en algunos miembros del grupo socialista.

Después de más de dos horas de registro, en el que los agentes revisaron diversa documentación de Presidencia, Ripoll fue trasladado hacia la Comisaría Provincial a las 15.10 desde el aparcamiento subterráneo de la calle Tucumán. El presidente ocupaba el asiento trasero del primero de los tres vehículos de la comitiva policial, un todo terreno, mientras que los agentes que ocupaban los otros dos coches llevaban el rostro cubierto con pañuelos y otras prendas.

Respaldo del vicepresidente

Con la consigna de prudencia a toda costa, el único de los responsables de la Diputación que se pronunció en público en defensa de Ripoll fue el vicepresidente Domingo Soler. Lo hizo a media tarde, a la salida de la Comisaría Provincial, donde se encontró a su jefe de filas "muy bien y entero". "Ripoll está seguro de que los expedientes se cumplen a rajatabla", destacó el vicepresidente y hombre de estricta confianza del titular de la Diputación, que no precisó a qué tipo de contratos se refería. Pese a que Soler no pudo ver ni hablar con Ripoll, que permaneció incomunicado en un despacho de la Comisaría, según fuentes de la institución provincial, el vicepresidente sí estuvo presente en el registro del Palacio, donde afirma que le vio "muy entero". En su opinión, la trayectoria política y de gestión de Ripoll es "inmaculada e irrefutable".

A los elogios de Soler se unió en defensa de Ripoll su ejecutiva provincial, que expresó "su plena confianza y apoyo al presidente provincial", al tiempo que pidió la máxima "prudencia, tranquilidad y responsabilidad". Casualmente, fueron éstas las mismas palabras empleadas por un escueto comunicado de apenas tres líneas de la dirección regional, irreconciliablemente distanciada de la dirección provincial desde la batalla por el congreso de Orihuela y el escándalo de la trama Gürtel.

En medio de este nuevo escándalo político, nadie en la Diputación supo ayer dar explicaciones de qué puede ocurrir con el pleno ordinario de julio previsto para mañana a las 11.