José López Garrido es director de Suma, un puesto que, en estos momentos, le obliga a estar preocupado no sólo por los ingresos de los municipios, los clientes del organismo de la Diputación, sino también por las facilidades para que, en tiempo de crisis, los ciudadanos puedan abordar el pago de sus tributos con el menor impacto para su situación económica. De ahí que, junto a medidas para dar mayor liquidez a las arcas locales, también haya puesto sobre la mesa iniciativas para facilitar los pagos de los diferentes impuestos a los contribuyentes.

Se ha cerrado el primer periodo de pago voluntario que incluye, entre otros, el impuesto de vehículos y de basuras. ¿Hay luz al final del túnel?

En términos globales, la recaudación ha resistido el impacto de la crisis económica con un porcentaje ligeramente superior al del año pasado y con un mayor volumen de ingresos como consecuencia de la incorporación a la red del Ayuntamiento de Elche.

Pero, ¿cómo están respondiendo los contribuyentes ante la grave crisis económica?

Se está produciendo un mayor incremento de los pagos fraccionados, que es una salida para poder abonar deudas que están vencidas o a punto de vencer con un coste adicional mínimo. Eso marca el hecho de que, evidentemente, existe una situación de grave crisis. A partir de ahí, nuestra obligación, para los que quieren pagar, es facilitar las cosas. Abrir una puerta para que puedan cumplir con sus obligaciones tributarias. La situación es mala pero, desde luego, que vamos a seguir ofreciendo soluciones a los ciudadanos. No podemos asfixiarles.

Pero los municipios están en una grave situación financiera. ¿Cómo se van a conseguir fondos para prestar los servicios?

Están colaborando. Son conscientes de que tenemos que arbitrar fórmulas que ayuden a sus vecinos a encontrar vías de pago. Dicho eso, es verdad que los municipios han sufrido un brutal descenso de sus ingresos extraordinarios y de las tasas derivadas del sector de la construcción. Con nuestro sistema de gestión de tributos y de adelantos, Suma es un instrumento que garantiza, al menos, una parte de la suficiencia financiera de las arcas locales.

¿Es la solución? En época de recortes desde Madrid no parece que se vaya a producir la reforma de la financiación local.

Está claro que la financiación municipal necesita de reformas estructurales. La suficiencia económica de los consistorios está muy condicionada por el desempeño de competencias impropias o por el carácter finalista de la mayoría de las subvenciones. Pero, en estos momentos, no hay ninguna garantía de recibir las aportaciones del Estado. Lo más sólido es la labor de Suma.

En los últimos meses se ha producido un compromiso todavía mayor con el Ayuntamiento de Elche y la incorporación de Xàbia a Suma, el único municipio de la provincia al que no ofrecían servicios.

Son casos distintos. Elche es el tercer municipio de la Comunidad y, por tanto, estamos ante un reto importante en el que, después de un periodo de trabajo común y de relación con el alcalde Alejandro Soler, estamos poniendo en marcha un proyecto de gestión compartida. Xàbia es un símbolo. Con su decisión de confiarnos el cobro de algunos impuestos ya ofrecemos servicios a todos los municipios de la provincia. Estoy convencido de que en el futuro ampliaremos la relación.