Ni los lugares más emblemáticos escapan a las antiestéticas pintadas. Ahora le ha tocado el turno al Castillo de Santa Bárbara, un emblema de la ciudad marcado por el vandalismo. Los grafitis se hallan en un contrafuerte de la muralla ubicado en las faldas del Benacantil y es visible desde la Playa del Postiguet.

Desde el colectivo Alicante Vivo advierten de que "el fenómeno" de las pintadas "se extiende desde el Castillo de San Fernando a la niña mimada de la ciudad, al rincón más respetado no sólo por los ciudadanos, sino por el propio Ayuntamiento: el Benacantil y el Castillo de Santa Bárbara".

El presidente del colectivo, Juan José Amores, asegura que las pintadas "son bastante recientes" y pueden ser visibles por los turistas desde la playa. Y es que se halla en un contrafuerte situado entre la muralla que desciende hacia La Medina, el Raval Roig y La Ereta, justo encima de las calles San Pedro y San Juan.

Para Amores "lo más peligroso no radica en la estética para la ciudad o en su limpieza, que estamos seguros procederán a llevar a cabo inmediatamente, sino que estas cosas tienen un efecto llamada". Al respecto, indica que le consta que "el pique" entre grafiteros "para ver quien puede más, quien desafía al peligro que corren al encaramarse a lugares arriesgados, o a la autoridad". Por ello, considera que "podría acabar con las murallas del Castillo totalmente anegadas de firmas y pintadas en un futuro no muy lejano".

Por ello, desde el colectivo reivindican "mano dura" con los responsables de las pintadas y "una urgente reparación del daño causado".

Al respecto, la alcaldesa, Sonia Castedo, ya anunció hace unas semanas que el Ayuntamiento preparará una ordenanza municipal contra el vandalismo para poder aplicar con dureza las sanciones con quienes cometen actos vandálicos en la ciudad, como es el hecho de pintar grafitis en lugares no autorizados.