El PP interpreta un papel procesal absolutamente "esquizofrénico" que constituye un "fraude de ley". Utiliza su condición de "acusación" para estar presente en la causa Gürtel, para ralentizarla y "obstaculizarla" en defensa de los dirigentes populares imputados, cuando realmente el estatus del partido ha cambiado de acusación a acusado de financiación ilegal, delito contra la Hacienda pública y falsedad documental. Por eso ha de ser apartado de la causa. Este razonamiento constituye el núcleo de las alegaciones presentadas por el PSPV, que ejerce la acusación popular en el caso, contra el recurso del PP en el que este último partido pedía que se anulara el auto dictado el 25 de mayo por Pedreira.