Una cama de 1,50, una ducha mirando al Mediterráneo, un perchero para colgar los trajes y espacio para organizar en lo posible toda la indumentaria y aderezos que necesita para arreglarse los cinco días de Hogueras. Así es la habitación que la Bellea de Foc, Marian Guijarro, comparte con la delegada de Bellezas de la Federación de Hogueras, Carmen Campoy, en el hotel Spa Porta Maris, convertido en el cuartel general de la Fiesta hasta después de la cremà. Las Damas del Foc se reparten en tres habitaciones en el ala de las Suites del Mar, con vistas espectaculares. Duermen poco, ayer cuatro horas porque acabaron de visitar hogueras avanzada la madrugada: a las ocho de la mañana estaban todas en pie para arreglarse con tiempo.

La Federación planifica la agenda al minuto para evitar las prisas y tener que ir contrarreloj a los actos. Lo primero es desayunar. Las chicas se bajan al restaurante de la segunda planta para tomar energías con un vestido de calle o bata y chanclas. Café con leche, zumo de naranja, tostada con jamón de york y croissant es lo que elige la dama Elena Bonastre. Comparte mesa con Cristina Alcaraz, que también opta por un completo desayuno, mientras Marian, la Bellea, es más frugal y se conforma con un café con leche y media tostada. "Pero aguanto perfectamente", dijo.

Después llega el peinado y maquillaje de las festeras, entre las 9 de la mañana y las 10.30 organizadas en cuatro turnos, una cada media hora, para que salgan del hotel impecables. Mientras espera, la dama Noemí Martín, baja a la segunda planta a relajarse un poco en el jacuzzi. El estilista, Miguel Ángel Leal, tarda unos 20 minutos con cada una "porque son jóvenes y bellas". Los secretos para que luzcan con buena cara todo el día son una ampolla "lifting flash", base resistente al calor, tonos naturales y barra de labios "eternity". Con el rostro preparado, las chicas vuelven a sus habitaciones, repletas de maletas, percheros y cajas con faldas y aderezos, a vestirse. La delegada de Bellezas ayuda a Marian, aunque lo más complicado es colocar la mantilla, que aguarda sobre una silla almidonada sobre rollos de papel higiénico para evitar que se deforme. Tres horas después todas están listas y se suman a los miembros de la Federación, que tardan bastante menos y las esperan en el hall del hotel. Sus mujeres lucen el traje de siglo XVIII que no lleva mantilla, y ellos en cinco minutos están listos con su traje de zaragüell.

Estarán en el Porta Maris, que les regala las habitaciones, hasta el día 25, igual que las delegaciones festeras del resto de la Comunidad.