No optará a ganarse el prestigio de los premios. Pero la mascletà que ayer disparó la pirotecnia "El Portugués" de Vilamarxant, durante la tercera sesión del concurso de Hogueras, sí logró el favor del público. "¡Otra, otra, otra...!", gritaba la gente a José López -natural de la localidad valenciana de Bonrepós donde es conocido como "El Portugués", y el patriarca de una empresa de tres generaciones-, en una Plaza de los Luceros aún resacosa por los festejos del ascenso del Hércules a Primera División. No optarán al premio -se quedaron a 38 segundos del mínimo exigido-, pero, desde luego, la mascletà, muy sonora y con un elegante toque de color, sí complació al público que, una vez más, abarrotó los aledaños de la emblemática plaza alicantina.

El disparo arrancó con la tradicional traca valenciana acompañada de una serie de cinco "golpes" -truenos de gran calibre- a los que siguieron media docena de retenciones, una figura pirotécnica conformada por varios grupos de potentes tracas con explosiones predominantes conocidas también como "cantarellas". El terremoto final fue espectacular con truenos terrestres y una exhibición aérea con una combinación de colores -eligieron verde y rojo- que fue del agrado del público alicantino. "¿Lo hemos hecho bien? El público lo dice. Creo que la mascletà ha sido moderna y muy especial", apuntó satisfecho José López, "El Portugués", tras recibir la efusiva felicitación de la alcaldesa, Sonia Castedo; de Pedro Valera, presidente de la Federació de Fogueres; y de la Bellea del Foc, Marian Guijarro.

Como casi todo en la vida, la excepcional sinfonía de truenos -superior a la floja exhibición pirotécnica del domingo- tuvo un pero... El tiempo. No corrió lo suficiente como para que la mascletà pudiera entrar a concurso. No tendrá galardón, pero sí es seguro que al público, los alicantinos, les gustó. Y ese es el mejor premio.