"Por fin libre" cuenta que con imaginación todo es posible. El artista, Daniel Jiménez Zafrilla, reivindica su libertad creadora con esta obra que el mismo diseñó, construyó, modeló, pintó y ahora planta. "Es algo muy mío, representa lo que yo soy, ésta es mi vida y esto es un trozo de mí", relata bajo la hoguera del Mercado, un distrito que le ha permitido hacer lo que ha querido por encima de convencionalismos aunque pueda no gustar a la mayoría. Para plasmar su idea ha construido tres ventanas en un monumento lleno de simbolismo, que invita a abrir la mente y a no encasillar a nadie por condición sexual, raza o credo, "que todos seamos libres". El personaje protagonista es la gran figura central que sueña que puede volar y buscar la inspiración. En la parte baja de la foguera hay crítica a la gente, "que somos todo fachada y queremos aparentar lo que no somos y ocultar nuestras vergüenzas". La libertad en estado puro es una jirafa vanguardista, la alegría un delfín jugando y está el castillo de los sueños de color de rosa sin espinas buscando lo positivo. Hay una alusión al momento en que dejamos de vivir como una liberación total, representado por una figura que rompe sus cadenas. Es tan onírico que para la Exposición del Ninot eligió a Julio Verne, un adelantado a su tiempo porque "todo lo que el soñó y escribió se ha convertido en realidad".