El punto y final al periodo de sesiones en las Cortes se escenificó con el mismo guión que desde hace 18 meses condiciona la agenda política: el caso Gürtel. Una vez más, el durísimo cara a cara entre el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el síndic del PSPV, Ángel Luna, sirvió para certificar que hablan un idioma completamente diferente. El diputado socialista mantuvo el cerco con la implicación del jefe del Consell en la red corrupta como principal argumento de su intervención y le advirtió que, de continuar esquivando el asunto, "sólo le quedará confesar ante el juez".

Pero Camps, como es ya habitual, no ofreció ni una sola explicación más allá de la teoría de la conspiración y de los montajes. En 18 meses de debates ininterrumpidos, Camps no ha aportado ni un sólo documento sobre este asunto. "¿Ha encontrado ya las facturas de los trajes?", le recordó el síndic de Compromís y líder del Bl0c, Enric Morera, en el arranque de una intervención en la que vinculó la debilidad del jefe del Consell por el caso Gürtel con las operaciones de fusión que han afectado a la CAM y Bancaja en apenas 17 días. "Pasará a la historia como el presidente de la Generalitat que dejó que nuestra autonomía financiera cayera en manos de Rato y de Cajastur. Es una traición", le espetó marcando, una vez más, distancia con la estrategia socialista.

Ángel Luna, en su último debate con Camps hasta después del verano, lanzó al jefe del Consell una catarata de preguntas que resumen la ramificación valenciana del caso Gürtel. "¿Existe un señor que se llama Álvaro Pérez? ¿Usted lo conoce, ha hablado alguna vez con él? ¿Existe otro señor que se llama Francisco Correa, que tiene una trama de empresas? ¿Es verdad que la empresa Orange Market ha trabajado en las campañas del PP y ha contratado con la Generalitat y -continuó el síndic socialista- que hasta cuatro órganos judiciales han visto indicios de delito en toda esta actividad?". "¿Es real? ¿Tiene usted alguna que realidad que contar? Ha perdido la oportunidad de dar explicaciones. Cuando se pasa de un determinado grado lo que hay que hacer es confesar en un juzgado. No va a pasar un buen verano", le auguró el portavoz del PSPV antes de adelantar que, tras las vacaciones, mantendrá sus preguntas sobre la trama corrupta.

Camps, una vez más, se instaló en la opacidad. Un diálogo de besugos. Ya no tendrá que pasar el trago semanal hasta dentro de cuatro meses. Un balón de oxígeno. Se defendió con la teoría del montaje -"es un ataque histérico a la Comunidad", les echó en cara- para "coger un atajo peligroso" e intentar dar la vuelta al resultado electoral. "Pero se han encontrado con la confianza y la fuerza de quienes saben que defender la libertad y la verdad vale la pena todos los días", remachó. Tras calificar a Luna de "indigno" y de "fiscal de pacotilla", el titular de la Generalitat se escudó en una previsible victoria electoral del PP, como dictan los sondeos, para evitar aclarar las preguntas sobre la trama. "Tras las elecciones autonómicas deberá dar explicaciones por la tremenda derrota que habrán tenido por su actitud y de los que le han apoyan", apuntó sobre Luna. El diputado socialista le dejó claro que los votos no eximen de dar explicaciones a los que gobiernan. Pero ni por esas. Veremos en septiembre.