Próxima estación, Costa Blanca. No se trata ni de una nueva parada del tranvía, ni del título del último espot publicitario del Patronato Provincial de Turismo. Desde el pasado día 4 y hasta julio la estación del metro de Madrid Sol-Cercanías (cerca de 1,6 millones de madrileños la utilizan diariamente para sus movimientos por la capital de España), se ha convertido en lo más parecido a una playa de la provincia donde por no faltar no falta ni el ruido de las olas que transmite la megafonía. Una promoción "express" de la Diputación Provincial en Madrid, cuyo objeto es tratar de influir en la toma de decisiones de los turistas madrileños, principales clientes españoles de las playas alicantinas, tanto los que se alojan en los hoteles como los que eligen la casa propia o de un familiar, según apuntó ayer Gema Amor, directora general del Patronato de Turismo, durante la presentación de la campaña en el corazón de la propia estación.

El Patronato se ha gastado 100.000 euros en llevar la imagen de la Costa Blanca a la emblemática Puerta del Sol madrileña, pero de una manera imaginativa y diferente: tematizando una de las estaciones de Metro más transitadas de Madrid. Una infraestructura renovada con acceso directo al primer Corte Inglés que se inauguró en la capital de España, a tres minutos de Atocha, siete de Chamartín, y este año con conexión directa a la T-4 de Barajas.

Una playa "subterránea" decorada con mosaicos en los que el viajero del Metro puede encontrar todos los productos que oferta la Costa Blanca "y es que si nos paramos a pensar un momento, a la provincia de Alicante sólo le faltaría contar con una estación de esquí para ser el destino turístico más completo del mundo", subrayó ayer Gema Amor, satisfecha del resultado de esta promoción con la que se trata de incidir en el aluvión de reservas de última hora que se espera este verano.

Reservas marinas, interior, patrimonio cultural, enoturismo, tradición, fiesta, golf, gastronomía, denominaciones de origen, artesanía, náutica... que tienen cabida en una playa que cada año visitan miles de madrileños, un 24%, 540.000 alojados en hoteles, según los datos del Patronato.