Las medidas de ajuste en las cuentas públicas y las promesas de austeridad no han impedido que el personal de confianza del Ejecutivo que preside Francisco Camps se haya disparado en los últimos años hasta el punto de que por primera vez la nómina de asesores supera la de los altos cargos en la Administración de la Generalitat. La barra libre en la contratación de eventuales se ha hecho además con trampa, según la Intersindical Valenciana, que tiene contabilizados ya una treintena de asesores encubiertos, es decir, personas que son contratadas en puestos de funcionarios, pero que en realidad ejercen labores de asesoramiento a altos cargos. Estos casos, hace unos años aislados, se han ido multiplicando.

Es la vía que ha encontrado el Consell para ampliar el número de asesores sin que este incremento sea visible en los presupuestos de la Generalitat. De hecho, sobre el papel, el Gobierno de Camps tiene congelados en un centenar de personas la lista de eventuales de la Administración valenciana. En realidad, la relación está ya por los 130, una cifra por encima de los 122 altos cargos contemplados en el último anexo de personal hecho público relativo a los presupuestos de 2009. En los presupuestos de 2010, la Conselleria de Economía y Haciend no facilitó estos datos que tradicionalmente forman parte de las cuentas públicas, por lo que los únicos datos oficiales y detallados sobre el personal provienen de los informes de la Sindicatura de Comptes, cuyo última auditoría es la relativa a 2008.

El camino para "camuflar" eventuales en tiempos de crisis se abrió hace cuatro años cuando el Consell modificó la normativa sobre bolsas de empleo para permitir "con carácter excepcional" contratar personal mediante una entrevista. El artículo 8 de la citada orden estaba pensado para puestos de trabajo que requirieran una idoniedad concreta en razón de la especialidad de sus funciones. El objetivo era poder proveer de manera urgente este puesto.