La investigación por la intoxicación con agua mineral por la que precisaron atención médica tres hombres (dos trabajadores del restaurante donde se sirvió el líquido y uno de los comensales, que estuvo hospitalizado varios días) se centra ahora en aclarar si hubo una segunda botella que pudo estar en mal estado, además de intentar esclarecer si la botella de la que bebió el cliente afectado estaba precintada. Según ha podido saber este diario, el único trabajador del local que ha declarado en el juzgado de Instrucción número 8 aseguró que el agua que él probó pertenecía a una segunda botella y no a la que causó la abrasión en la garganta al cliente que estuvo cinco días en el hospital. Asimismo, el juzgado investiga si la botella pudo abrirse previamente aunque llevara el tapón, ya que podría tenerlo, pero no conservar el precinto que lo recubre. El juzgado ha citado a declarar a otro de los trabajadores del restaurante y al principal afectado, que irá en septiembre debido a que espera un examen forense. Por su parte, Sanidad ha remitido al Instituto Nacional de Toxicología los análisis del agua contaminada.