La Fundación Noray Proyecto Hombre ha detectado en el último año un aumento de las adicciones a las nuevas tecnologías y al consumo de benzodiacepinas, fármacos relacionados con la ansiedad o la somnolencia. Esta es una de las conclusiones extraídas de la memoria de la fundación, que el año pasado atendió a más de 1.500 personas, una cifra que se mantiene estable respecto a años anteriores. También ha prestado asesoramiento en prevención universal o selectiva del consumo de adicciones a otras 2.000 personas. La cocaína sigue siendo la sustancia principal por la que se solicitan los tratamientos, seguida del alcohol y el cannabis, "donde se ha detectado un ligero incremento, fundamentalmente entre los adolescentes", explicó ayer Ana Robles, responsable de esta organización, durante la presentación de la memoria.

Los hombres son los principales beneficiarios de los tratamientos, 82%, y la media de edad de las personas atendidas oscila entre los 32 y los 29 años. Robles manifestó que pese a que "no haya demasiada consciencia de este problema", sí han registrado un porcentaje de mujeres que han solicitado de forma específica ayuda por problemas con "las nuevas tecnologías" (1,9%). El acto de presentación de la memoria de Proyecto Hombre contó con la presencia de la directora general de Drogodependencias de la Generalitat, Sofía Tomás, quien se mostró "cauta" al contabilizar la afección a esta dependencia, así como diferenciar si "el enganche es a la máquina o a sus contenidos". Durante el año pasado también se detectó un aumento de las recaídas, sobre todo porque las personas se "frustran" y se "cansan" ya que los tratamientos son "duros y difíciles".