La asociación de vecinos de El Rebolledo se mostró ayer en desacuerdo con los resultados del estudio de la Universidad de Alicante sobre el vertedero situado a 3,4 kilómetros de esta partida, que concluía que sus emisiones están más de mil veces por debajo de los límites que pudieran afectar a la salud pública. Miguel Ibáñez, presidente de la entidad vecinal, dijo que el estudio "no nos convence" y criticó al concejal que lo presentó, Andrés Llorens, responsable de Atención Urbana, "por desviar el problema y echar las culpas al vertedero de Elche o a una vaquería".

Ibáñez denunció la existencia de olores "a diez kilómetros a la redonda, y no sólo en El Rebolledo, también en el Pla de la Vallonga, en La florida, en Ciudad de Asís...Y dice que vienen de Elche, cuando ya me gustaría residir allí por la calidad de vida que tienen en todo". Añadió que Llorens debería "tomar interés" por que cada provincia se encargue de sus basuras en lugar de permitir que a la planta de Alicante vengan los desperdicios de otras provincias de la Comunidad. "Alicante se convertirá en un punto negro cuando eso empiece a fermentar. Es algo tercermundista", dijo el portavoz vecinal, que relató que a menudo padece afonía cuando está cerca de la planta, que recibe 200 trailers diarios llenos de basura.

Por su parte, la portavoz socialista Carmen Sánchez Brufal criticó de nuevo el "oscurantismo" en torno a la planta de tratamiento.