El poder empresarial de la provincia sigue estando casi en exclusiva en manos masculinas. A pesar de que las tres principales instituciones económicas alicantinas -la Cámara de Comercio, la patronal Coepa y Caja Mediterráneo (CAM)- han renovado sus órganos de gobierno durante los primeros meses de este año, en ninguna de ellas se ha producido un avance significativo de la presencia femenina, que en algunos casos sólo puede calificarse como testimonial. La situación en las "altas esferas" contrasta cada vez más con la realidad a pie de calle, donde el 35% de los nuevos negocios están impulsados por mujeres, según datos de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Alicante.

De las tres instituciones citadas, la Cámara de Comercio es la más "machista" de todas, aunque también es la única donde se ha producido un ligero avance en las últimas elecciones. El número de mujeres con derecho a voto en el pleno ha pasado de una a tres sobre un total de 69 miembros (el 4,34% del total), pero su número se reduce en la misma proporción en el grupo de vocales asesores, donde antes había dos empresarias y ahora ninguna. Sigue sin haber ni una sola representante femenina en el comité ejecutivo y sólo una de las 15 comisiones está presidida por una persona de sexo femenino, la de Agua y Medio Ambiente, que ocupa la directora general de Aguas de Alicante, Asunción Martínez.

En el caso de Coepa la situación es algo mejor. Los hombres "sólo" acaparan el 89% de los puestos de su junta directiva. En cifras absolutas, son ocho mujeres frente a 61 varones, exactamente las mismas que antes de la renovación de la mitad de sus miembros el mes pasado de mayo. En el comité ejecutivo, la proporción es de dos sobre un total de 20 sillones. En este caso los nombramientos son responsabilidad del presidente de la Confederación, Rafael Martínez Berna, que no ha adelantado si piensa modificar la composición del comité.

La CAM es, de momento, la institución con más mujeres en sus órganos de gobierno aunque, paradójicamente, también es la única donde la presencia femenina ha retrocedido tras la renovación de cargos. Así, en la asamblea general se ha pasado de 50 a 43 consejeras generales sobre un total de 178 miembros (un 24,15%) y también hay que señalar que la mayoría de ellas pertenece al grupo de los impositores. Entre los delegados que nombran las administraciones, la proporción femenina es mucho más escasa.

El retroceso también afecta al consejo de administración de la entidad alicantina. Antes de su renovación eran cuatro los sillones ocupados por mujeres mientras que ahora son sólo tres de un total de 20 (el 15%). En realidad, tras el proceso electoral eran dos las consejeras pero el fallecimiento del entonces presidente de la Cámara de Comercio de Orihuela, Juan Francisco Cerdán, aupó a este organismo a la presidenta de la Asociación de Industriales del Calzado de Elche y máxima ejecutiva de Pikolinos, Rosa Ana Perán.

Un proceso demasiado lento

La presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Alicante, Pilar González López-Briones, está tan acostumbrada a esta situación que valora positivamente cualquier avance, por pequeño que sea, como el que se ha registrado en la Cámara. Aún así cree que la representación femenina en estas instituciones es claramente "insuficiente" y que los cambios se están produciendo "con tiempos excesivamente largos". A su juicio, para incrementar la presencia femenina en los círculos de poder "es necesario concienciar a las mujeres para que asuman estas responsabilidades y también hay que facilitarles las vías de acceso" a las instituciones. En el día a día, también considera que a una mujer le cuesta más poner en marcha un negocio que a un hombre. Señala, al respecto, que ellos "cuenta con redes de apoyo no visibles pero muy sólidas" que les facilita, por ejemplo, el acceso a la financiación.

Por su parte, las escasas empresarias que han logrado un lugar destacado en la patronal se niegan a pensar que ocupen estos cargos por la necesidad de cubrir una cuota y aseguran que carece de sentido pensar en términos sexistas. "No son las mujeres las que deben estar representadas en las organizaciones, sino las empresas", defiende la antes mencionada Rosa Ana Perán, que también es vicepresidenta 4ª de Coepa. "Es una cuestión de relevo generacional y esto ya se está produciendo", añade. No obstante, cuando se le pregunta a Perán si es más difícil para una mujer ocupar un cargo de responsabilidad, aunque lo niega, también reconoce que es "importante tener el apoyo y la comprensión de tu pareja" para conseguirlo.