Sus movimientos actuales se iniciaron hace diez millones, lo que en geología se considera como tectónica reciente.

La investigación, llevada a cabo por miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Granada, ha permitido conocer nuevos datos que justifican la existencia de esta falla a través de la gavimetría de la cuenca de Guadix-Baza. Desde hace diez millones de años los movimientos hacia el oeste que generaron esta falla se han frenado y se ha convertido en una barrera que forma el límite norte de las nuevas cuencas intramontañosas que se formaron.