A excepción del presidente Francisco Camps que, salvo sorpresa de última hora, mantendrá su flota de vehículos de alta gama -tres Audi- los consellers tendrán que renunciar a los Volvo con los que se han desplazado en los últimos cinco años y empezar a viajar, al igual que el resto de altos cargos de la Generalitat, en vehículos Ford Mondeo.

La renovación del parque móvil de los consellers y vicepresidentes se produce en un momento en que desde diferentes ámbitos -ya sea el Gobierno central, las comunidades autónomas o ayuntamientos- los cargos públicos están haciendo gestos a la ciudadanía para demostrar que también los políticos son capaces de hacer sacrificios. En realidad, la decisión del departamento económico de la Generalitat -de quien depende el parque móvil- de cambiar los Volvo por los Ford Mondeo no se ha improvisado sobre la marcha.