La consellera de Turismo, Belén Juste, ha abierto un nuevo frente con la Costa Blanca en el tema de la promoción al anunciar al comité ejecutivo de Fitur (ayuntamientos y empresarios) que la Generalitat reducirá prácticamente a la mitad el espacio de la Comunidad en la próxima edición de la feria de Madrid en 2011. Un pabellón que pasará de los 5.500 metros cuadrados a poco más de tres mil y en el que primará, sobre todas, la imagen conjunta y uniforme de la marca Comunidad Valenciana frente al resto, entre las que se encuentran la Costa Blanca y Benidorm.

La política de redimensionar la presencia en las ferias turísticas -cuya viabilidad está fuertemente cuestionada, según la Conselleria de Turismo- obliga a recortar suelo y a unificar los esfuerzos. "Nadie va a perder presencia e identidad propia, ni se eliminan los estands, pero es necesario obtener el máximo rendimiento y para ello vamos a optimizar los espacios comunes. No hace falta, por ejemplo, que en un mismo pabellón haya cuatro salas de prensa y tres bares", apuntaron ayer desde la Conselleria.

En un principio, el Consell pretende que haya dos salas de prensa comunes donde municipios y Diputaciones hagan sus ruedas de Prensa, y lo mismo sucedería con las cafeterías para las demostraciones gastronómicas.

La propuesta de Belén Juste puede todavía "maquillarse", pero ayer ya recibió fuerte contestación desde la Costa Blanca. Un portavoz autorizado del Ayuntamiento de Benidorm anunció que el municipio de la Marina Baixa, primera localidad turística de la península "no puede renunciar a estar representado conforme a su peso en el conjunto del turismo de la Comunidad, en concreto el 40%, por lo que a Fitur llevaremos el estand que creemos que nos corresponda". El mismo portavoz subrayó que "todavía no hemos debatido el asunto en profundidad y nuestro objetivo es acudir bajo el paragüas de la Comunidad Valenciana pero no vamos a permitir que nos diseñen el estand".

Si la situación se tensara más desde el Consistorio tampoco se ha descartado buscar otras alternativas. De hecho, en Fitur hace tiempo que algunos municipios turísticos españoles acuden en solitario al tratar de buscar mayor impacto visual lejos del mano de sus respectivas autonomías (Lorca, Marbella...) y en el caso de la Comunidad Valenciana se cuenta con el ejemplo de cadenas hoteleras como Servigroup, que desde hace unos años tiene su estand en el pabellón de las empresas. Otra de las cadenas que se replanteó su presencia junto al Consell fue Magic Costa Blanca que el pasado enero volvió al pabellón de la Comunidad Valenciana al garantizársele presencia y espacio, algo que aparece cuestionado en la nueva etapa.

Por su parte, desde el Patronato Provincial de Turismo, su directora general, Gema Amor, compartió la opinión de la consellera de Turismo en la necesidad de "optimizar los costes pero está claro que Costa Blanca tiene su identidad, su marca y debe realizar sus promociones en el estand propio y así seguirá siendo". De hecho, el Patronato Provincial ha sido en los últimos años el auténtico dinamizador de la oferta turística de la Comunidad en Fitur. El pasado enero montó una "miniferia" gastronómica acompañado de los mejores cocineros y reposteros alicantinos (algunos con fama mundial) y un año antes fue capaz de organizar un desfile de Moros y Cristianos en el pasillo central del Palacio Ferial de Madrid ante los Reyes de España.

La Generalitat opina que el modelo ferial hace aguas y que hay que cambiarlo

No le falta razón a la consellera Belén Juste al sostener que el modelo tradicional de la ferias turísticas se ha quedado obsoleto y Fitur es el mayor exponente aunque siempre se ha defendido la necesidad de acudir y con la mejor imagen mejor. Lo que ha sucedido, sin embargo, en los últimos años es que la feria ha multiplicado su poder de seducción hacia alcaldes y municipios, la política se ha impuesto y en los mostradores alicantinos se ha podido ver a municipios que ni siquiera cuentan con un hotel donde alojar a sus hipotéticos turistas. Ahora, la consellera trata de poner orden en un corral donde todo se ha desmadrado y resulta muy difícil de entender que trate de imponer las nuevas directrices en Fitur (enero de 2011), a cuatro meses de las elecciones autonómicas y con la batalla campistas-ripollistas en todo lo alto.

Fuentes de la Conselleria de Turismo desligaron que esta iniciativa tenga cariz político. "Se trata de reforzar los espacios comunes, reforzarlos y las marcas van a poder utilizarlos. Por supuesto que todas las marcas contarán con su estands propios, nadie va a ir con la escuadra y el cartabón, pero no queremos que se dupliquen los espacios" Habrá pantallas donde mostrar imágenes individuales pero la propuesta de la consellera pasa ineludiblemente porque los estands sean uniformes y, de momento, se impone que ninguno podrá superar los 4 metros de altura, algo que choca con las intenciones, por ejemplo, de Benidorm o del propio Ayuntamiento de Alicante que deberá renunciar, casi con toda seguridad, a su celebrado bar en el ático del estand.

Lo cierto es que el planteamiento de la consellera provocará ampollas tanto en los municipios de la oposición, como en los ripollistas, como, incluso, en los ayuntamientos más afines a Francisco Camps. Fitur, primera feria de la temporada, se ha convertido en un cita golosa para decenas de cargos públicos que no quieren perdérsela por nada del mundo. F. J. B.