La Junta de Gobierno del próximo lunes aprobará parte de las alegaciones de los vecinos de la urbanización colindante con la Torre Placia, declarada Bien de Interés Cultural. De esta forma, fijará un radio de protección de 25 metros que no afectará a las construcciones actuales, pero sí impedirá volver a edificar en ese perímetro cuando la urbanización decaiga en el futuro. El delegado de Urbanismo, Alfonso Mendoza, garantizó que "lo existente se conserva". No obstante, si en el futuro se decide echar abajo la urbanización en esos terrenos sólo se podrán ubicar las zonas comunes de la urbanización, como los jardines, tal y como explicó uno de los vecinos de las viviendas de Azalea, Miguel Prada. Desde el Ayuntamiento siguen en negociaciones con el propietario de esta Torre de la Huerta para adquirirla, lo que permitiría a los vecinos de las casas más próximas al BIC respirar tranquilos y arrancar el compromiso municipal de que no se pedirá la ejecución de una sentencia que fijaba el derribo de sus casas.