Para la multitudinaria comida -el Consell justifica, en parte, la obligación de contratar a El Bigotes en la necesidad de buscar un espacio mayor- correspondiente a la edición de 2005, el departamento de Turismo, con Milagrosa Martínez como consellera y Rafael Betoret como jefe de gabinete, recurrió a quien, en ese momento, tenían a mano: Orange Market, la empresa que ya se había llevado por 930.000 el suculento contrato del estand de la Comunidad en Fitur y que, desde entonces, convirtió ese concurso en un coto cerrado. Sólo por la "decoración", el montaje, los espectáculos para "ambientar" la cita y la "imagen" de la comida, El Bigotes le cobró a la Generalitat cerca de 150.000 euros extras, divididos en dos contratos. Uno de 119.035 euros y otro de 30.000 en el que se inserta, precisamente, el gasto de la moqueta "beige" que acicaló el suelo del recinto de Fitur en el que se celebró la comida. Toda la documentación figura en el sumario del caso Gürtel que instruye el TSJ de Madrid.

En la primera de las adjudicaciones, que incluye un total de 25 facturas, aparecen gastos como 11.179 euros del alquiler de unos telones negros de diversas medidas, 3.600 euros en jardineras y palmeras, un total de 7.213 euros para imprimir cinco lonas y dos carteles -uno de ellos para el guardarropa-, la contratación de sendos espectáculos -un mago y otro titulado "Dorado Mediterráneo"- por 10.400 euros, la misma cantidad que se gastó en ornato de la sala y cerca de otros 24.000 euros que la empresa controlada por El Bigotes se embolsó por la "proyección de la imagen" de la comida celebrada el 27 de enero de 2005 en la feria turística madrileña, año en el que Orange Market se estrenaba como organizadora de la oferta turística del Consell. Del segundo contrato ligado al "montaje" de la comida, que se saldó con el pago de 30.000 euros del Consell a la red Gürtel, destaca el citado gasto de la moqueta y 3.000 euros que costó el plano que sirvió para marcar las líneas maestras del montaje del evento. Nada se sabe, por contra, del precio por cubierto que se abonó por cada uno de los 1.400 comensales que asistieron al ágape.

¿Cómo se barnizó con tamiz legal una adjudicación realizada "a dedo" y sin concurso? A través un trámite de enriquecimiento injusto, un procedimiento que permite normalizar la documentación para evitar la apertura de un expediente y la exigencia de responsabilidades. ¿Y quién firmaba las resoluciones? Los informes venían rubricados por Rafael Betoret, entonces jefe de gabinete de Turismo e implicado en el caso de los trajes junto a Francisco Camps; y las resoluciones por la entonces consellera, Milagrosa Martínez, que aparece en el sumario de la investigación como supuesta perceptora de regalos de la red Gürtel entre los que se cita un reloj por valor de 2.400 euros.