El director del aeropuerto, Santiago Martínez-Cava, anunció ayer que Aena tiene ya fecha para la inauguración de la nueva área terminal. Tras cinco años de obras y una inversión superior a los 500 millones de euros El Altet del siglo XXI comenzará a andar en febrero de 2011, una vez se hayan completado 4 meses de simulaciones y prácticas a partir del próximo otoño. El Ministerio de Fomento tiene previsto contratar a un ejército de figurantes que harán de azafatas, pilotos, pasajeros, señaleros, camareros... y demás oficios que se desarrollarán en un inmueble de 333.500 metros cuadrados de superficie y preparado para atender a 20 millones de usuarios al año.

La apertura de nuevo aeropuerto de El Altet supondrá, por otro lado, el cierre de las dos terminales actuales que quedarán para una reforma posterior en función de la evolución del tráfico, según avanzó ayer Martínez-Cava. En un principio se pensaba haber conectado de forma inmediata la T-1 y la T-2 con el nuevo inmueble pero la crisis obliga a replantearse los esfuerzos económicos y los rectores del ente público han decidido finalmente que con el nuevo edificio terminal es suficiente para afrontar con calidad y agilidad la situación actual. El cambio de aeropuerto será tan rápido como que el último avión que aterrice el día programado frente a la actual saldrá la día siguiente desde la nueva.

Aena tiene ya prácticamente acabada la obra civil de la nueva área terminal. Un macroinmueble en forma de "L" que se anuncia ya como uno de los iconos arquitectónicos de la provincia, además de hacer de El Altet uno de los aeropuertos más modernos de la red de Aena. De hecho y dada su extraordinaria rentabilidad económica, el ente público que gestiona los aeropuertos españoles ha decidido que el aeropuerto provincial sea el primero del país en el que los pasajeros que van a coger un avión tengan que pasar, primero, por la tienda libre de impuestos (duty-free). ¿La razón? Los usuarios de las terminales son compradores casi compulsivos y hay que recuperar el esfuerzo económico que se ha realizado en la modernización de los aeropuertos. Los pasajeros no estarán obligados a comprar pero antes de acceder a la espera previa al embarque en el avión habrán tenido ocasión de pasar por los mostradores de las mejores colonias, licores, tabaco, turrón y todo tipo de productos "delicatessen". La terminal contará con una zona comercial de 8.000 metros cuadrados y la intención de Aena es lanzar ya el mes que viene el concurso público para seleccionar los futuros negocios de su interior. Tiendas, bares, restaurantes, sala vip, kiosko de Prensa y hasta un oratorio a cuya gestión puede opta cualquier empresa ya que se trata de una licitación nueva.

La obra civil está a punto de finalizar. Falta equipar un edificio en el que habrá 96 mostradores de facturación; 26 puertas de embarque (cada una con su control de pasaportes), 16 pasarelas telescópicas de acceso directo a los aviones; 14 cintas para la recogida de los equipajes y, entre otras dotaciones, estaciones para el TRAM que debe construir la Generalitat y las lanzaderas-AVE anunciadas por el ministro de Fomento José Blanco. Trenes que conectarán el aeropuerto con la futura estación-término de Alicante a través de la variante de Torrellano.

Conectado al edificio terminal se ubica también el nuevo aparcamiento público con capacidad para 4.200 coches y 60 autobuses. Un aparcamiento construidos en dos módulos y seis alturas unido a la nueva área terminal con cuatro ascensores. Más alejados la central termoeléctrica, desde donde se regulará todo el sistema de energía de la terminal.

Interior con vistas al mar

La visita del interior de la NAT (Nueva Área Terminal) resulta espectacular. Las 40 cúpulas que forman el techo, a 22 metros del suelo, aportan luz natural a todo el edificio, y las columnas separadas 36 metros cada una que multiplican la sensación (más que impresión realidad) de amplitud de la estancia. Las baterías de mostradores cambian de disposición y si en la terminal actual están frente a la entrada, en la nueva aparecen alineados de forma vertical con su cinta transportadora anexa. Una vez que el pasajero facture su equipaje pasará a una zona con bares, tiendas, cafeterías y las salas de embarque desde donde podrá ver el mar y las operaciones de despegue y aterrizaje de los aviones. La longitud de la terminal es de 720 metros por lo que los pasajeros tendrán que caminar hasta sus puertas de embarque, aunque también habrá zonas con cintas transportadoras.

La construcción del nuevo aeropuerto ha supuesto un "motor" para la creación y mantenimiento del empleo en el sector alicantino de la construcción durante los últimos cinco años. En las obras han participado cerca de 279 empresas entre contratas y subcontratas, junto al personal de la ute que ha ejecutados los trabajos: Ecisa, Elecnor y Acciona. Sólo el pasado 2009 en la ampliación trabajaban, de media, 929 personas al mes con puntas de hasta 1.169 empleados, según apuntó ayer Santiago Martínez-Cava, director de El Altet.

El recinto acotado donde se desarrollan los trabajos se parece, en ocasiones, a una auténtica "Torre de Babel", pues en el mismo conviven operarios de hasta 52 nacionalidades. Junto a los españoles en la gestión del nuevo aeropuerto provincial han trabajado argelinos, búlgaros, colombianos, ecuatorianos, lituanos, marroquíes, peruanos, portugueses, polacos, rumanos, rusos y ucranianos.

Existe una gran expectación en Aena por ver cómo responderán las compañías aéreas a la ampliación del aeropuerto. Más espacio, comodidad y posibilidad de nuevas programaciones. De momento, la única que ha reaccionado ha sido la irlandesa Ryanair que coincidiendo con la inauguración de El Altet tiene previsto ampliar su base operativa en Alicante hasta contar con nueve aviones. Aparatos que pernoctarán en Alicante y saldrán a primera hora de la mañana siguiente a cubrir rutas.